Una región con múltiples atractivos, entre ellas el selecto grupo de iglesias que son patrimonio de la humanidad El sur de Chile, en la región de Los Lagos, es el destino. Se trata de un lugar maravilloso para los amantes de la naturaleza, pero también para quienes quieren conocer más de las costumbres fuera de los ambientes citadinos.
Este sitio está conformado la Isla Grande de Chiloé y luego un conjunto de islas e islotes más chicos que lo convierten en archipiélago de más de 9.000 kilómetros cuadrados.
En los últimos días trascendió una noticia que llenó de esperanza a la gente local, conocida como “los chilotes”. Pues gracias a una ambiciosa iniciativa turística que logró reunir a representantes turísticos de diversos países del mundo se abrió la posibilidad de que se pueda potenciar como fuerte destino a nivel internacional a través de paquetes que incluyen también la Patagonia.
De prosperar esta idea, Chiloé, al igual que lugares como Torres del Paine o La Isla de Pascua, se podrá convertir en breve en la nueva postal de Chile para el mundo.
“Sabemos que tenemos que prepararnos, pero también sabemos que lo que ofrece Chiloé es justamente lo que busca el turista extranjero, que es participar de la vida cotidiana de la isla, de las costumbres de las familias, del contacto con la naturaleza, lo más alejado posible de la tecnología, de las comodidades clásicas de la hotelería citadina”, expresó a La Tercera Julio Candia, presidente de la Cámara de Turismo de Castro (una ciudad del archipiélago).
Pero el desafío para conocer en todo su esplender el lugar va más allá de un paquete turístico determinado, pues en Chiloé están las famosas iglesias patrimoniales, un selecto grupo de construcciones peculiares a lo largo y ancho de las islas que ha sido declarado patrimonio de la humanidad en el año 2000.
Para ello fue fundamental el trabajo de la Fundación Amigos de las Iglesias de Chiloé, una organización sin fines de lucro que tiene como fin preservar el patrimonio relacionado con las iglesias del lugar, que están enmarcadas dentro de la Escuela Chilota de Arquitectura en Madera, recuerda el propio sitio de la fundación.
Un sinfín de atractivos
Chiloé tiene con qué encantar a los visitantes y es un lugar con mucho potencial. Por ejemplo, los parques nacionales, las casas de madera sobre el mar (palafitos), el avistamiento de ballenas, además de la presencia de pingüinos. Pero también es una zona que se destaca por algunos museos como el Museo de las Iglesias, además de la gastronomía (una auténtica mixtura entre mar y tierra), las tradiciones y su gente.
El trabajo para que Chiloé se siga fortaleciendo no es menor y para ello es necesario seguir abordando diversos aspectos vinculados a la conectividad todo aquello que le pueda dar mayor desarrollo a los lugares propuestos para los recorridos.