Se caracteriza por ser una dieta alta en grasa, adecuada en proteínas y muy baja en hidratos de carbono.
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
La epilepsia es uno de los trastornos neurológicos más comunes a nivel mundial. Según datos de la Organización Mundial de Salud (OMS), la padecen unas 50 millones de personas. Se trata de un trastorno cerebral que provoca convulsiones recurrentes en las personas (grupos de neuronas del cerebro envían señales erróneas). Las causas son variadas, desconocidas en algunas ocasiones; van desde lesiones cerebrales a otras enfermedades. Actualmente un 70% de las personas trata normalmente la epilepsia con medicamentos, pero hay un 30% a los que no les hace efecto alguno por lo que no tienen una buena calidad de vida.
Es conveniente saber que antes de que apareciera el tratamiento a base de fármacos se recomendaban técnicas de ayuno pero, ante la dificultad que implica ponerlas en práctica, se buscaron alternativas y tuvo lugar el descubrimiento de la dieta cetogénica que se aplica hasta el día de hoy.
La dieta cetogénica (DC) se caracteriza por ser una dieta alta en grasa, adecuada en proteínas y muy baja en hidratos de carbono. Ha sido usada durante más de 80 años para el tratamiento de la Epilepsia Refractaria (ER), que es de las de difícil manejo.
Se ha demostrado en varios estudios que con esta dieta, aproximadamente la mitad de los pacientes, disminuye a un 50% el número de convulsiones y, cerca de un tercio de ellos reduce en un 90% su número de crisis.
¿De qué se trata?
Esta dieta busca generar cetosis (la presencia en sangre de cuerpos cetónicos), o sea, sustancias que aparecen en condiciones de ayuno. ¿Cómo? A través de esta dieta nuestro organismo trata de imitar el efecto que provoca el ayuno ya que la energía que obtenemos normalmente es a través de la glucosa de los alimentos. Las cantidades que podemos almacenar de glucosa es poca; suficiente para 24 horas. Al usarse toda la almacenada, el organismo necesita más energía y obliga al cuerpo a quemar la grasa reservada.
Entonces, la dieta cetogénica altera la manera en que el cuerpo obtiene la energía de los alimentos (carbohidratos) y ahora lo hace a través de alimentos grasos en un 80% a 90%, transformándolo en su alimento primario y el resto de las proteínas e hidratos de carbono.
Para comenzar a realizarla es necesario que la persona sea hospitalizada, ya que, primero, el paciente debe empezar haciendo un ayuno prolongado de 24 horas hasta llegar a la cetosis para después iniciar la dieta que requerirá seguimiento y control por parte de especialistas.
Es muy importante tener en cuenta que esta dieta siempre debe ser guiada y controlada por un equipo multidisciplinario de médicos y nutricionistas especializados en la misma. ¡Nunca debe hacerse por su cuenta!
¿En qué consiste esta alimentación?
La nutricionista es la encargada de planificar la alimentación con el fin de obtener los resultados deseados, de acuerdo a los tipos de alimentos, sus combinaciones, las cantidades a consumir y aporte necesario para el adecuado crecimiento del paciente, sobretodo si es niño. Además le enseña a la familias cómo se deben preparar los platos y estrategias a seguir para celebraciones especiales.
No es un plan fácil de realizar ni de elaborar, ya que no se incluyen harinas, ni cereales ni azúcares. Además carece de importantes vitaminas que deben ser adicionadas a través de suplementos multivitamínicos para cumplir con los requerimientos necesarios.
El plan se basa en pequeñas cantidades de frutas o verduras (carbohidratos), carne, pescado o pollo (proteína), grandes cantidades de grasas (con frecuencia en forma de crema, mantequilla, huevos o mayonesa).
Cada ración debe ser preparada con mucho cuidado usando una balanza de gramos para pesar exactamente los alimentos ya que un pequeño error como que el paciente coma unas migas de galleta dulce puede arruinar los efectos de la dieta y causar un ataque epiléptico.
¿Cuándo se recomienda utilizarla?
Los especialistas dicen que vale la pena probar la dieta cuando dos o más medicamentos no han tenido éxito en el control de los ataques, o si le causan efectos secundarios que están afectando la vida del paciente.
El tratamiento se ha probado primero en niños pero también se han visto resultados positivos en adultos. Además se ha evidenciado que puede ser usada en el caso de tumores cerebrales, autismo, Alzheimer, Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y otros.
¿Cuánto tiempo debe durar el tratamiento con la dieta?
Se plantea al principio del tratamiento probar durante 3 o 6 meses para valorar si da los resultados esperados, ya que puede variar según la persona. Si a los 6 meses disminuye el número de crisis epilépticas y/o su intensidad, puede continuar con esta alimentación durante 2 a 3 años.
Efectos secundarios
Como es el caso de todos los tratamientos para la epilepsia, la dieta cetogénica también causa algunos efectos secundarios, que generalmente son leves y transitorios y que pueden o no afectar al paciente. Puede provocar náuseas, vómitos, diarrea, deshidratación, estreñimiento y, algunas veces, complicaciones debidas a cálculos renales o hepáticos.
También es común que todos los valores de colesterol aumenten por el alto consumo de grasas (un 90%), pero no es de relevancia si se controlan durante el tratamiento y se sabe que esta alimentación se llevará a cabo por un tiempo determinado. Al retomar la alimentación normal esos valores recuperarán la normalidad.
La dieta cetogénica no es una dieta normal, pero actualmente es una buena alternativa para aquellas personas con epilepsia en las que el tratamiento con medicinas no le ha dado resultado para disminuir la cantidad o intensidad de las crisis. A pesar de ello se han observado buenos resultados al realizarla, se debe tener en cuenta que cada persona podrá obtener diferentes respuestas de acuerdo a su organismo.
Más información: http://www.epilepsynw.org/