En la Misa matutina en Casa Santa Marta, el Papa invita a contemplar a la Virgen María de los Dolores, al pie de la cruz, en el día en el que la Iglesia hace memoria de ella.
María sabía y “toda la vida vivió con el alma atravesada”. Seguía a Jesús y sentía los comentarios de la gente, a veces a favor, otras veces en contra, pero estaba siempre detrás de su Hijo.
“Por esto decimos que es la primera discípula”, subraya Francisco en la homilía de la Misa en Casa Santa Marta. María tenía la inquietud que hacía nacer en su corazón este “signo de contradicción”.
Fiel a su hijo
Al final, estaba allí, en silencio, bajo la cruz mirando a su Hijo. Quizás escuchaba comentarios del tipo: “Mira, esa es la Madre de uno de los tres delincuentes”. Pero Ella “dio la cara por su Hijo”.
El pasaje del Evangelio de hoy es, por tanto, más que para reflexionar, para contemplar.
“Que sea el Espíritu Santo -concluye- el que nos diga a cada uno de qué tenemos necesidad”.
Por Debora Donnini, artículo publicado originalmente por Radio Vaticano