El lugar elegido ha sido la Región de Coquimbo, al norte de Chile, una zona de alta biodiversidad y con fuerte actividad minera.
Considerado como un proyecto de integración minera y portuaria, Dominga ha generado en las últimas semanas un fuerte debate en el país sudamericano vinculado a los temas medioambientales.
De parte de la empresa impulsora de este proyecto, Andes Iron, se aseguró desde un comienzo que se crearían alrededor de 10.000 puestos de trabajo, además de prever una producción anual de 12 millones de toneladas de concentración hierro y 150.000 toneladas de concentración de cobre.
Por otro lado, desde siempre, se indicó que se trataba de una iniciativa capaz de responder a los desafíos de la “nueva minería”, o sea, contemplando aspectos de sustentabilidad y acompañando el desarrollo de las comunidades locales.
Sin embargo, a nivel de gobierno, otra fue la percepción. En el mes de agosto un comité de ministros encargados de evaluar los proyectos de estas características decidió frenar el proyecto luego de considerar su cercanía con una reserva natural y dudas sobre otras cuestiones ecológicas.
Pero la decisión no fue unánime y generó en pocas horas la renuncia de dos ministros, situación política que generó tensión en el gobierno de Michelle Bachelet a pocos meses de las próximas elecciones presidenciales.
¿Y por qué el rechazo?
“No se hace cargo de manera adecuada de los eventuales impactos significativos al medioambiente y la salud de las personas”, explicó ese día el ministro de Medio Ambiente, Marcelo Mena, en rueda de prensa, reproduce BBC Mundo.
Al mismo tiempo, otro hecho significativo tiene que ver con la cercanía de una reserva ecológica en la que habita casi la totalidad de la población mundial del Pingüino de Humboldt, una especie en peligro de extinción, prosigue BBC Mundo.
¿Solo un aspecto medioambiental?
Por si esto fuera poco, también reaparecieron trascendidos sobre intereses de tierras en la zona tanto de la presidenta en ejercicio, además de la presunta participación en la empresa propietaria del proyecto del expresidente y actual candidato presidencial, Sebastián Piñera.
Desde la empresa impulsora de este proyecto en todo momento se defendió la protección medioambiental y se lamentó la resolución adoptada.
“El Estudio de Impacto Ambiental de Dominga tuvo una tramitación de 3 años y medio, con profundos estudios técnicos y científicos, y con una inversión de más de US$300 millones. Por eso, llama la atención que sea resuelto de esta manera”, expresó Iván Garrido, presidente ejecutivo de Andes Iron, empresa encargada de impulsar el proyecto.
Más allá de todas estas cuestiones, la Dominga generó otro hecho novedoso y tiene que ver con la entrada en escena del Primer Tribunal Ambiental, con sede en Antofagasta, quien en definitiva será el encargado de definir el futuro de este proyecto, al igual que otros de similar índole al norte de Chile.
Una nueva esperanza en Coquimbo
Como contrapartida a lo acontecido con este proyecto, en las últimas horas se dio a conocer la creación de dos nuevos santuarios de la naturaleza en esa región. Se trata de “Palma Chilena de Monte Aranda” y “Quebrada Llau-Llau”, que tienen por objeto la protección de especies emblemáticas que se encuentran en categoría de vulnerables, destaca el Ministerio del Medio Ambiente.
En este caso, su creación responde a una propuesta de la Minera Los Pelambres en el marco de unas medidas de compensación ambiental.
De momento, mientras todos estos asuntos se dirimen en tribunales e intercambios de diversa índole (incluso los políticos y posibles segundas intenciones), parece saludable que estos proyectos sean evaluados con lupa y al extremo en pos del cuidado de la Creación, la “casa común”.
Con información deBBC Mundo, prensa chilena y organismos estatales
Hoy celebramos a...