Al final, pese a nada ser lo que parece, lo humano, la amistad y el amor consiguen imponerse en un cierto sentido
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Las teleseries de HBO entablan un diálogo con nuestro mundo: el real e histórico. No lo consiguen únicamente por la enorme influencia que tienen en cómo sus espectadores imaginan el mundo, habiendo absorbido acríticamente y como esponjas las cosmovisiones expresadas en sus ficciones preferidas.
Una de las estrategias alternativas utilizadas para lograr este propósito transformador es la de preparar series ad hoc en función de determinadas preocupaciones surgidas de la actualidad.
Berlin Station (2017-) es un buen ejemplo de esto último. Metemos en la coctelera a Snowden, Assange y a Chelsea/Edward Manning. Los aderezamos con las noticias acerca de los pinchazos telefónicos de Angela Merkel por parte de los servicios de espionaje estadounidenses. Rehogamos con fotografías de Siria y de atentados diversos cometidos por el Estado Islámico en Europa. Añadimos una inexcusable cantidad de Guantánamo y de atrocidades de la CIA. Lo rociamos todo con unas gotitas de remembranzas de guerra fría. Y ya tenemos un artificio ideal para conversar y crear opinión sobre la realidad desde un guión de ficción.
https://www.youtube.com/watch?v=XcDLJZCXkxQ
Las actuaciones son soberbias, con especial mención del galés Rhys Ifans, al que tuvimos el placer de conocer en su hilarante papel de Spike en la comedia amorosa Notting Hill (1999) y que aquí demuestra, tras su aparición como secundario en Snowden (2016), una amplitud de registro interpretativo definitivamente inesperada. Aunque también optan a matrícula veteranos como Richard Jenkins, el profesor de The Visitor (2007), que ya había dejado clara su maestría en la HBO con su papelazo como Henry Kitteridge en la literaria miniserie Olive Kitteridge (2014).
Tampoco habría que dejar fuera de las menciones especiales a una madura y estilosa Michelle Forbes. Sus rasgos duros pero sensuales le permiten metamorfosis de ménade. Lo muestran sus diversísimas apariciones en En terapia (2008-2009), True Blood (2008-2009), The Killing (2011-2012) o The returned (2015). Todo ello la acredita como una actriz capaz de teñir sus personajes de una profundidad y dramaticidad que la convierten en una baza segura en televisión.
En esta primera temporada, su creador, Olen Steinhauer, novelista de espionaje antes que showrunner, sigue muchas pautas de las que han hecho que la HBO cosechase éxitos de público en el pasado: escenas de sexo explícito, valores fronterizos -muchas veces relativos a los nuevos derechos-, cierta complejidad narrativa, y violencia simbólica y física. Todo lo cual encuentra un perfecto escenario en una ciudad nocturna y libérrima como Berlín.
Tras los 10 episodios, contra lo que podría parecer en un principio, no acaba predominando en el paladar del espectador el cinismo infinito de los espías que muchas veces se respira en The Americans (2013-), por ejemplo.
Pese a retratarse metódicamente la destrucción psicológica a la que los servicios secretos de los distintos países someten a sus empleados; pese al constante trauma que supone para ellos tener que vivir en varias identidades a la vez, cometer crímenes contra la humanidad y tratar al prójimo como a un mero instrumento de un plan; al final, pese a nada ser lo que parece, lo humano, la amistad y el amor consiguen imponerse en un cierto sentido.
Y así vemos cómo, en la estación de Berlín de la CIA, pese a las puñaladas y traiciones, acaba siendo más importante el amor, la amistad y el compañerismo, que la obediencia ciega al sistema. Por lo menos un poco.
Ficha Técnica
Creador: Olen Steinhauer
Cadena: HBO
País: Alemania y Estados Unidos
Temporada: 1ª
Año: 2017
Reparto: Richard Jenkins, Michelle Forbes, Rhys Ifans, Richard Armitage, Leland Orser, Tamlyn Tomita, Caroline Goodall, Mina Tander, Zahra Ahmadi, etc.