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¿La vida de soltera, un paraíso?

KOBIETA PRZED GARAŻEM
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Con mis amigos y amigas soy honesta. Les hablo de lo que me pasa y no coloreo mi vida, pero con la gente que no conozco tanto… es otra cosaDurante algún tiempo me parecía sorprendente el estereotipo de la maravillosa vida de una soltera, que tiene un trabajo de ensueño, gasta 600 zlotys (unos 150 euros) sin pestañear en zapatos nuevos y decora la casa con hermosos objetos comprados en las tiendas más caras. Si no está saliendo de citas, está en un viaje espontáneo por Europa. Y a diferencia de mí, no llora cuando en la radio del coche suena una canción de amor.

Los estereotipos sobre las solteras

Conozco a muchas mujeres que están solas. Son encantadoras, se cuidan y… sí, son maravillosas. Pero no son el estereotipo de una mujer soltera, feliz y realizada. Después de muchas conversaciones con ellas, estoy convencida de que la vida de una soltera no es el paraíso. Los estereotipos no aparecen de la nada, y éste es demasiado popular. ¿Cuál es su origen? Estuve pensando en ello por un momento.

La semana pasada coincidí con una amiga mía en una cafetería. Ella había roto con su novio y necesitaba hablar con alguien. Le era difícil reponerse a nivel emocional. Compartí con ella mi propia historia de rupturas y nos desahogamos dejándonos llevar por la conversación mientras tomábamos té con galletas.

Mi amiga tiene mucho éxito profesional. Estudió derecho y trabaja en su campo. “Sólo quiero casarme”, dijo. “Pensaba que eso sucedería pronto”.

–Lo sé –le respondí. – Me pasó lo mismo.

Realmente amo mi vida. Pasé muchas horas preguntándome qué era lo que deseaba, qué decisión quería tomar, qué quería hacer a continuación.

Diseñé mi carrera de tal modo que pudiera disfrutar de un mayor bienestar. Hice amistades con personas interesantes y encantadoras. Llené mi calendario con los eventos y actividades en las que me gusta participar.

Lo planifiqué todo en mi vida, excepto el día en el que encuentre al hombre para toda la vida, es imposible de prever. Y creo que por eso me siento tan frustrada.

¿Honestidad sólo con los amigos?

Cuando hablo con mis amigos solteros, les digo honestamente que no lo tengo nada fácil. Muchos de ellos me entienden bien. Ellos también preferirían estar felizmente enamorados. Y aunque no lo deseen, respetan este sentimiento y saben lo duro que es cuando les preguntan constantemente por su estado civil.

Cuando hablo con mujeres casadas, soy igual de honesta. Les hablo de mis esperanzas, sueños y dificultades. Incluso aunque no puedan entenderme, quieren escucharme y están abiertas a lo que siento. Yo no querría distanciarme de ellas sólo por ser soltera. De todos modos, ¿quién sabe si un día me ven junto al hombre de mi vida?

Con mis amigos y amigas soy honesta. Les hablo de lo que me pasa y no coloreo mi vida, pero con la gente que no conozco tanto… es otra cosa.

Cuando salimos de la cafetería y nos abrazamos antes de despedirnos, vi a tres mujeres caminando hacia nosotras. En una de ellas reconocí a mi amiga de la infancia. A pesar de estar empujando el cochecito de bebé, tenía el mismo aspecto de cuando íbamos al instituto, de cuando la vi por última vez. Tenía el pelo arreglado y si no fuera por el carrito, nunca habría pensado que ya era madre. Afortunadamente, no me vio.

Aceptar la vida tal como es

Volviendo en el coche, empecé a recordar viejos tiempos. Recuerdo que siempre me sentía inferior a mi amiga porque yo no tenía ropa de marca. Luego se casó con un chico buena onda, Ahora tienen un bebé. Su vida parece maravillosa.

Entonces me di cuenta de que si mi amiga me hubiera reconocido y se acercara a mí con el carrito preguntándome cómo me va, le contaría la historia de mi maravillosa vida de soltera. Presumiría de un trabajo estupendo y un maravilloso grupo de amigos. Con una sonrisa inocente mencionaría una o dos últimas citas románticas. Le hablaría sobre mi próximo viaje a Italia. Y probablemente habría mencionado sutilmente que llevo botas de Tory Burch, por supuesto, sin añadir que fueron compradas en rebajas. Entonces ella pensaría que no me siento sola, que no me importa el matrimonio y que no deseo cambiar nada en mi vida.

Probablemente este es el origen del estereotipo sobre “la maravillosa vida de las singles”. ¿Tal vez no soy la única que lleva esta máscara? ¿Tal vez lo hacen no sólo las solteras? ¿Quizá mi antigua amiga lleva la suya? No lo sé, pero aunque parezca doloroso, prefiero la honestidad. Prefiero ser real que esconderme detrás de algo que no es – por más magnífico que parezca.

 

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