La Fundación Internacional Raoul Wallenberg está buscando supervivientes o sus familiares para documentar esta increíble historia.
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Durante la ocupación nazi de Polonia, dos médicos, el doctor Eugene Lazowski y el doctor Stanisław Matulewicz, lograron salvar a 8.000 personas de los campos de trabajos forzados al engañar a los nazis para que creyeran que un brote de tifus se estaba propagando por la ciudad de Rozwadów.
La trama nació cuando el doctor Lazowski descubrió que al inyectar a una persona sana una cepa muerta de la bacteria del tifus, esa persona daría positivo para tifus sin padecer ninguno de los síntomas de la enfermedad. Como sabían que a los nazis les aterraba la perspectiva de un brote de tifus, que detendría la producción en sus campos de trabajo y contagiaría a sus propios hombres, los dos médicos polacos se decidieron a fraguar una epidemia falsa.
Cooperando estrechamente con la resistencia polaca, los médicos empezaron a inocular a las personas con Proteous OX-19, una cepa muerta a inocua de la bacteria, que hacía que el sistema inmunológico creara anticuerpos que indicarían infección de tifus.
Una vez los pacientes dieron “positivo” para tifus, toda la zona se puso en cuarentena y sus residentes se salvaron de ser enviados a trabajos forzados en los campos de internamiento. Los médicos no administraron la inyección a los judíos, ya que sabían que los nazis los matarían de inmediato si sospechaban que habían contraído el tifus.
Sin embargo, debido al “brote”, la zona se convirtió en un lugar seguro para los judíos, ya que los nazis se mantuvieron alejados de la zona de Fleckfieber para evitar contagiarse de la enfermedad mortal. El doctor Lazowski, que vivía junto al gueto judío, también era conocido por tratar en secreto a pacientes judíos, aunque los invasores nazis lo habían prohibido.
La maquinación casi quedó al descubierto cuando empezó a quedar claro que muy pocas personas habían muerto como resultado de la enfermedad. Entonces, los inspectores nazis enviaron a un grupo de médicos para que investigaran. El doctor Lazowski recibió a los médicos con un banquete de exquisiteces polacas y bebidas antes de presentarles a un grupo de pacientes con aspecto enfermizo dentro de una habitación sucia, convenciendo así a los invasores de que el brote era real.
La Fundación Internacional Raoul Wallenberg, una organización no gubernamental que realiza investigaciones sobre el Holocausto, confía en poder adquirir los testimonios de quienes pudieran saber más sobre las acciones del doctor Lazowski y el doctor Matulewicz.
El doctor Lazowski se mudó a Estados Unidos después de la guerra y falleció allí en 2006, después de una exitosa carrera médica como profesor de Pediatría en la Universidad de Illinois, en Chicago. Escribió unas memorias tituladas Prywatna wojna (Mi guerra privada). La Fundación Internacional Raoul Wallenberg no tiene información sobre lo sucedido a su colega, el doctor Matulewicz.
“Instamos a que cualquier persona que lograra sobrevivir gracias a su ayuda, además de familiares vivos de los supervivientes, contacte rápidamente con nuestra ONG. Será un placer para nosotros recopilar su valioso testimonio. Por favor, dirijan sus respuestas, preferiblemente vía correo electrónico a: La Fundación Internacional Raoul Wallenberg, en irwf@irwf.org”, escribían Eduardo Eurnekián y Baruch Tenembaum, Presidente y Fundador de la fundación, respectivamente, en un comunicado de prensa.