El gobierno colombiano lo evalúa como una opción
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Basta con ver una simple imagen del flujo de personas por Cúcuta, ciudad colombiana fronteriza con Venezuela, para confirmar que el pasaje de venezolanos hacia Colombia se ha incrementado en los últimos meses y se da de forma continua y regular, aunque por ahora también controlable.
Es ahí, en estos pasos de frontera, donde la labor de la Iglesia católica también se ha hecho fundamental y clave, representando un “abrazo difícil de olvidar”.
Sin embargo, en las últimas horas, luego de una investigación periodística, trascendió lo que es considerado como posible escenario en caso de que el flujo migratorio hacia Colombia aumente de manera significativa: campos de refugiados en Colombia para venezolanos.
“Tenemos lista la logística y de dónde la vamos a sacar y cómo se va a administrar. Sabemos qué se requiere y pues estaremos preparados para abordar esa opción”, afirmó Juan Carlos Restrepo, consejero de Seguridad de Presidencia, quien fue encargado por el propio presidente Juan Manuel Santos para hacer seguimiento y preparar al país ante una eventual “crisis migratoria”, revela este lunes la investigación realizada por El Colombiano.
Incluso, en el mes de mayo, el propio Restrepo confirmó a ese medio que una delegación colombiana viajó a Turquía para conocer de primera mano la labor de ese país con respecto a refugiados provenientes de Siria.
“El Gobierno colombiano estaba interesado en saber cómo ha hecho Turquía para abrir las puertas a los sirios sin restricciones y con efectividad, y evaluar cómo ha sido la gestión de la política hacia los refugiados”, se expresó desde la Embajada de Turquía a ese medio, país que tiene varios campos de refugiados abiertos.
De todos modos, hay diferencias a la hora de trasladar experiencias, por lo que de prosperar la posibilidad habría que considerar el pasaje por caminos irregulares y buscar mecanismos para tener información más verificable.
Igualmente, fue el propio Restrepo quien se encargó de bajarles decibeles al asunto al señalar que si bien se maneja como opción, sería la última y en el “peor de los escenarios”.
“Es el peor escenario (…) solo en caso de que haya un tsunami de personas que vienen y se nos queden”, manifestó Restrepo, quien expresó que actualmente la gran mayoría de ingresos al país desde Venezuela son colombianos o familias mixtas que retornan, por ende, la figura de refugiado “no aplica”.
Pero otro aspecto a considerar, y que podría agravar la situación, es la cantidad de venezolanos con permiso de permanencia vencido (150.000) en Colombia o cerca de vencer (140.000), además de ingresos sin permiso.
Es por todo esto que la hipótesis está planteada y con todo ello las posibles situaciones que se pueden genera una vez que se instale un campo de refugiados, algo a la que la región de momento no está acostumbrada. Y cuando sucede se transforma en punto de partida para otros desafíos como aumento de violencia sexual, mayor inseguridad, entre otros.
La propia Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), indica El Colombiano, ha recomendado buscar otras alternativas y pensar mejor en un “sistema de asistencia humanitaria”.
De momento, la hipótesis está planteada y la posibilidad analizada. Pero en cualquiera de los escenarios lo que también es seguro es que la iglesia, a través de diversas organizaciones, estará presente y pronta para dar su mano de acogida y atención en lo que se necesite, o sea, abrazar a quien esté de paso o sea refugiado.
Mientras queda planteado el tema, en las últimas horas trascendió otro no menor y que tiene que ver con la presencia de militares venezolanos que habrían incursionado en territorio colombiano. La denuncia de la supuesta intervención se dio en el corregimiento colombiano de Paraguachón (La Guajira) y podría haber generado un conflicto internacional, puntualizó el el gobernador de la región, Weildler Guerra, indica El Espectador.
Si bien la información fue desmentida desde Venezuela, representa un capítulo más del momento de tensión entre ambos países a raíz de los aspectos coyunturales, pero con raíces históricas.
Con información en base a El Colombiano y El Espectador