Teresa perdió la pulsera, la esclava de su primera comunión, varios años después y nunca pensó, ni en sus mejores sueños, que un día navegando por Facebook se iba a topar con la foto de su pulsera y con una persona, también de Utrera, que buscaba a quien en su día había perdido “la joya de gran valor sentimental”, reconoce Teresa en ‘Herrera en COPE‘.
“Lo primero que pensé es que era mía, que era mi pulsera” dice Teresa, pero con poca esperanza, “le mandé un mensaje pensando que no iba a coincidir porque lo que quería esta señora eran los datos de la pulsera para cerciorarse. Yo le dije que ponía mi nombre y detrás la fecha de mi comunión… Y sí, era la mía”.
¿Cómo se decide esta señora a encontrar a la dueña de la pulsera? “Encontró la pulsera hace 20 años en un supermercado que estaba cerca de mi casa y dice que sabía que la tenía que guardar porque debía ser importante para quien la había perdido. Pensaba que algún día la podría devolver” le ha contado a Teresa que “perdí la pulsera que me había regalado mi tía de Córdoba porque me quedaba un poco grande” Algo que no le va a volver a ocurrir porque “me sigue quedando grande, así que la tengo guardadita y creo que no va a salir más a la calle”.
Hoy celebramos a...