Dar de comer en honor a San Antonio de Padua es una tradición acentuada en la localidad venezolana El Tocuyo
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Entre las tradiciones que muchos vecinos de El Tocuyo (Venezuela), cumplen cada año en el marco festivo de San Antonio de Padua (13 de junio), se encuentra ofrecer los famosos “panes de San Antonio”, alimento que es bendecido al final de la misa que en honor del religioso se celebra en la Iglesia San Francisco de Asís, en el municipio Morán del estado Lara.
Los tocuyanos toman muy en serio la tradición según la cual el santo de Padua repartió el pan de su comunidad franciscana a un grupo de hambrientos. Pudiera decirse que esto es normal en todos los lugares donde es tenido como el santo patrono de los católicos. Pero las familias tocuyanas tienen algo que las hace especial: en esta fecha, además del pan también ofrecen un exquisito “Mondongo de chivo” (una sopa que lleva verduras y aliños) a los que se acercan hasta la casa de quienes cumplen con esta promesa o tradición.
La entrega de la comida se cumple antes, durante o después de la caminata que el 13 de junio, con la imagen de San Antonio, recorre varios puntos de la ciudad al ritmo del Tamunangue, un baile típico de la región que simula batallas entre bailadores aferrados a unos garrotes.
La mamá de todas las ollas…
Una de estas ollas es considerada con toda razón, “la madre de todas las ollas” tanto en El Tocuyo como en Venezuela, aunque su promotor dice que es la más grande entre varios países. Se trata de un recipiente gigante que fue construido por un ingeniero metalúrgico sobrino del señor Humberto Trócoli, un vecino muy conocido en el municipio Morán.
Año tras año la singular olla es utilizada para cocinar el “Mondongo de Chivo” que reúne a miles de comensales. Tiene capacidad de 1320 litros, y alimenta a 6.500 personas. Trócoli lleva 18 años cumpliendo con esta tradición y la olla gigantesca tiene seis años de uso.
Explicó que cada año aumenta el número de invitados. “Especialmente en los últimos años, tal vez como consecuencia de la crisis alimentaria que vive el país y de la que no escapa El Tocuyo”. Pero también muchos otros comensales se acercan debido a la bien ganada fama e incluso, “atrae a turistas para conocer y disfrutar de esta típica comida”.
“Esta vez incorporamos dos nuevas ollas pequeñas ya que el año pasado faltó alimento para darle a quienes se acercaron al taller que se convierte en un gigantesco comedor”, explicó. “Pensábamos hacer una olla más grande pero no conseguimos el material para su construcción”, acotó el “promesero” de San Antonio.
Sostuvo que periodistas de Discovery Chanel y otros medios de comunicación internacional han llegado a esta comunidad para conocer y realizar reportajes sobre la comida que aquí reparten. “En las redes sociales existen muchas referencias de esos trabajos”, señaló.
El mondongo que Trócoli regaló este año contenía ocho chivos en la olla gigante y uno en cada olla pequeña. Además, indicó que según la tradición tocuyana esta comida se elabora con maíz y papas. “También lleva dos sacos de papa, dos cestas de pimentón, una cesta de ají dulce”, agregó el anfitrión de esta tradición, cuyo chef es el señor Óscar Pérez.
El único requisito para compartir esta comida es llevar taza y cubierto junto a un trozo de pan o casabe. Debajo de varios toldos por séptima vez la Olla Gigante de Humerto Trócoli alimentó a miles de vecinos y visitantes de El Tocuyo durante la fiesta de San Antonio.
Una promesa de la abuela
La otra olla muy conocida en El Tocuyo es la del “profesor Cheo”. Se trata de José Antonio Colmenares, un simpático educador que tomó para sí la promesa de su abuela que ofrecía a todo el que pasaba frente a su casa un poco de comida en la fiesta de San Antonio de Padua.
“¡Pase amigo, venga a comer! ¡Con San Antonio todos tenemos algo para comer!”, refería el educador acerca de su abuela y del compromiso asumido. Cheo prometió seguir la tradición, y junto a su esposa Ernestina Ramos, ciertamente la cumple a cabalidad.
El día 12 de junio fue una buena oportunidad para conocer cómo se preparaba esta comida, y su casa fue visitada junto a un grupo de tocuyanos amigos de la familia: Elizabeth Rodríguez González, el profesor Benigno Antonio Pargas, y Ana Sofía Bejarano Brito, locutora y conductora del programa Al Ritmo de Dios.
La ocasión fue propicia para conocer también una bebida picante y típica de la región -El Cucuy- que es elaborado en base a la penca de esta planta que se produce en el estado Lara. La familia elabora su propia bebida dejándola envejecer en barricas que son enterradas.
El día 13 de junio de en la mañana, una vez terminada la misa de San Antonio de Padua, la manera de desayunar es con el famoso mondongo, acompañado de arepas y una grata compañía de jóvenes integrantes del movimiento llamado Encuentro de Familias.