Testimonio del Nuncio Apostólico en Irak, monseñor Alberto OrtegaEl nuncio apostólico de Su Santidad en Irak, monseñor Alberto Ortega, aseguró anoche en Valencia, en una conferencia en el Centro Arrupe, que “la persecución y el martirio han unido mucho a los cristianos en Irak” y ha subrayado que “no conocemos un solo caso de cristiano que haya sucumbido a las amenazas del Daesh para convertirse al islamismo”.
Según detalló el Nuncio, los grupos armados del llamado Estado Islámico daban tres posibilidades a los cristianos cuando invadían sus barrios en Irak: “convertirse al islam, pagar un impuesto y mantener las propiedades, o marcharse”. Ante esta situación, la “mayoría se fueron perdiéndolo todo, y al regresar han encontrado sus casas y propiedades destruidas y quemadas”, y eso “está siendo muy duro” en la liberación de las zonas sometidas al Daesh.
El papel principal de la Iglesia en Irak en este contexto “ha sido el de ayudarles, construir iglesias y hospitales para los cristianos perseguidos, o pagarles el alquiler de las casas provisionales donde han tenido que hospedarse”. En este sentido ha considerado monseñor Alberto Ortega “esencial” la labor de Cáritas y de la fundación pontificia de “Ayuda a la Iglesia necesitada”
Además, los cristianos que han tenido que huir de sus casas en Irak por las amenazas del Daesh “no se lamentan de lo que han pasado, porque incluso tienen palabras de perdón y rezan por la conversión de quienes los han expulsado”, ha precisado el Nuncio. Así, “he preguntado a los cristianos perseguidos de allí que qué esperan de los cristianos de Occidente y me he llevado la sorpresa de escucharles que no quieren dinero o ayuda sino que vivamos nuestra fe porque eso es lo que a ellos de verdad les ayuda” , ha puntualizado.
Monseñor Ortega
Monseñor Alberto Ortega nació en Madrid hace 54 años, fue ordenado sacerdote en 1990, por el entonces arzobispo de Madrid, cardenal Ángel Suquía Goicoechea.
Desde su ordenación sacerdotal es miembro de la organización católica Comunión y Liberación. Además estudió Filosofía y Teología y obtuvo el doctorado en Derecho Canónico. En 1993 se trasladó a Roma donde preparó su carrera diplomática en la Academia Pontificia Eclesiástica.
A partir de julio de 1997 entró a trabajar en el Servicio Diplomático de la Santa Sede como consejero de la nunciatura apostólica de Nicaragua y seguidamente fue secretario de las nunciaturas de Sudáfrica y el Líbano.
En 2004 pasó a la Secretaría de Estado de la Santa Sede, donde en 2007 se convirtió en director de la Secretaría para las delegaciones del Norte de África y la península Arábiga. Durante estos años coordinó en la Sección de Relaciones con los Estados y fue participe en las negociaciones para solucionar el conflicto israelí-palestino.
El 1 de agosto de 2015 fue nombrado por el papa Francisco nuncio apostólico en Jordania e Irak.