Análisis de cómo están viviendo los ancianos la crisis social en Venezuela
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“Cuando uno llega a viejo, es perseguido por muchos ‘logos’ tras el acento esdrújulo: oftalmólogo, radiólogo, cardiólogo, urólogo, proctólogo”, fue la broma de Juan Vené, un reconocido periodista y comentarista deportivo venezolano, experto en beisbol, la pelota más amada por los criollos que los niños comienzan a jugar apenas ponen un pie en el suelo.
Más allá de las bromas -una habilidad que Dios nos regaló inoculándola a través de nuestra herencia andaluza y que día a día salva del colapso a los espíritus en este país- una realidad punzante se reflejó en el último informe de la Asociación Civil Convite, correspondiente al período 2016-2017, que señala las muertes violentas en personas de tercera edad: 276 adultos mayores murieron producto de la violencia en el país.
El documento incluye el número de víctimas por homicidio, víctimas por homicidios culposos y móviles frecuentes. Claramente muestra la vulnerabilidad de las personas mayores ante la delincuencia. De las 276 víctimas de homicidios, 208 fueron hombres, 66 fueron mujeres y 2 no fueron identificadas.
Todavía el país no se ha repuesto del impacto que significó, el pasado mes de abril, conocer la noticia de la muerte de la señora Flor Marina Castro de Vidal, de 79 años, madre del medallista olímpico Rafael Vidal, en su propia residencia, hecho por el cual fue imputado un muchacho apenas quinceañero.
Con el fin de robar sus pertenencias, el jovencito le propinó una herida contusa en la frente, que la dejó sin vida. Rafael Vidal fue un destacado nadador comentarista deportivo venezolano y medalla de bronce en la competencia de 200 m mariposa de natación en los Juegos Olímpicos de Los Angeles 1984.
Muy querido y admirado por la juventud venezolana, prematuramente fallecido en un accidente vial en el 2005. Un polideportivo lleva su nombre en la misma zona en que perdió la vida, al sureste de Caracas.
Según el contenido del mencionado informe, entre las ciudades y estados venezolanos con mayor incidencia de muertes violentas por acciones de la delincuencia figuran en primer lugar el área metropolitana de Caracas, Zulia y Anzoátegui.
Sorprende que en 11 casos de los homicidios reportados, los hijos aparecen como los victimarios. Otro aspecto interesante del trabajo de la ONG comprende otras variables que corresponden a la crisis humanitaria y al desabastecimiento en el país.
De acuerdo con los resultados, se registraron 13 muertes de personas de la tercera edad por escasez de alimentos y otras 2 por medicamentos. Se reportaron también 5 como consecuencia de negligencia médica y 3 adultos mayores muertos por “falta de medicación”.
Son los casos reportados pues, a falta de cifras confiables en el país –otra de las aristas de la crisis- para la realización del estudio, la ONG Convite consultó la sección de sucesos de 61 portales de medios de comunicación nacionales, regionales y locales. Indicaron que el informe demuestra las constantes violaciones de los derechos humanos del grupo evaluado.
El 19 de noviembre del 2013, una homilía en Santa Marta impactó al mundo. El Santo Padre se refirió a la responsabilidad de la sociedad para con los mayores en estos términos: Un pueblo que “no respeta a los abuelos” carece de memoria y por lo tanto de futuro….Nosotros vivimos en un tiempo en el que los ancianos no cuentan. Es feo decirlo, pero se descartan, ¡eh! Porque dan fastidio. Los ancianos son los que nos traen la historia, nos traen la doctrina, nos traen la fe y nos la dan en herencia. Son los que, como el buen vino envejecen, tienen esta fuerza dentro para darnos una herencia noble”.
En Venezuela, la cosa va más allá del fastidio, el irrespeto, o el odioso descarte: los adultos mayores se están convirtiendo en el nuevo blanco de la delincuencia y los casos apuntan hacia la responsabilidad del Estado.
¿Y qué pasa cuando el desmemoriado es el Estado? Acudiendo a la sentencia papal, la mala memoria los lleva a olvidar su responsabilidad para con una parte de la sociedad, la que resulta ser más desvalida y desprotegida, los viejitos, los más dejados de lado en medio de los embates de una crisis que ha vaciado los platos en la mesa de los venezolanos. Por eso ya el sol les da en la espalda y el futuro parece escaparseles por las rendijas de su propia inhumanidad.