Mensaje al presidente del Parlamento Latinoamericano y CaribeñoUn importante mensaje ha enviado el Papa Francisco a la presidente del Parlamento Latinoamericano y Caribeño (Parlatino), la senadora mexicana Blanca Alcalá, con motivo de la XXXIII Asamblea General de este organismo, celebrada el 8 y 9 de junio pasados.
El Parlatino, cuya sede permanente se encuentra en Ciudad de Panamá, reúne a parlamentarios de 23 países latinoamericanos y de El Caribe, en un foro cuyo propósito principal es “fomentar el desarrollo económico y social de la comunidad latinoamericana y pugnar porque alcance, a la brevedad posible, la plena integración política y cultural de sus pueblos”.
El fenómeno discutido en esta Asamblea por más de 200 parlamentarios, “Diálogo parlamentario de alto nivel sobre migración en América Latina y El Caribe: realidades y compromisos rumbo al Pacto Mundial”, llamó poderosamente la atención del Pontífice, y tanto así que dedicó su mensaje a ahondar en tres puntos expuestos en el tema: conocer la realidad, dialogar y comprometerse para entender y frenar la migración.
Desde el primer párrafo de la carta del Papa Francisco queda claramente establecido que el objetivo de una reunión como ésta es “ayudar y hacer la vida más digna a aquellos que, teniendo una patria, lloran por no encontrar en sus países condiciones adecuadas de seguridad y subsistencia, viéndose obligados a emigrar a otros lugares”.
En su misiva, el Papa advirtió a los parlamentarios que es importante conocer la realidad, el por qué de la migración y las características que ésta presenta en la región, olvidándose de la burocracia y tomando contacto con personas y rostros concretos.
“Detrás de cada emigrante se encuentra un ser humano con una historia propia, con una cultura y unos ideales. Un análisis aséptico produce medidas esterilizadas; en cambio, la relación con la persona de carne y hueso, nos ayuda a percibir las profundas cicatrices que lleva consigo, causadas por la razón o la sinrazón de su migración”, apunta Francisco en su carta al Parlatino.
Escuchar el grito de los migrantes
Según un estudio de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), con base en la última ronda de censos realizados en la región (en el año 2010), 28. 5 millones de latinoamericanos y caribeños viven en países distintos a los de su nacimiento. De seguir esa tendencia en 2020 habrá 31 millones de personas en esa condición
Los principales países de origen son México (11.8 millones), Colombia (2 millones) y El Salvador (1.3 millones); mientras que los principales países de destino son Estados Unidos, con 20.8 millones; otros países de América Latina y El Caribe (3.7 millones) y España (2.4 millones).
En la parte central de su misiva, el Papa Francisco recuerda a los asistentes a la Asamblea del Parlatino la necesidad “indispensable” del diálogo y la colaboración conjunta “para fomentar la solidaridad con los que han sido privados de sus derechos fundamentales, como también para incrementar la disponibilidad para acoger a los que huyen de situaciones dramáticas e inhumanas”.
Y, finalmente, de cara al proceso de endurecimiento en países como Estados Unidos y México en contra de los migrantes de Centroamérica y El Caribe, el Papa pide compromiso de todas las partes, tantos las receptoras como las expulsoras de migrantes, con planes a mediano y largo plazo, que superen las coyunturas y las emergencias humanitarias como la ocurrida en 2014, en la frontera entre México y Estados Unidos.
Latinoamérica y El Caribe –apunta Francisco en su carta—“tienen un rol internacional importante y la oportunidad de convertirse en actores claves ante esta compleja situación”.
Aunque los retos son enormes, el Papa Francisco termina diciendo al Parlatino que no se pueden quedar cruzados de brazos y a los gobiernos que no pueden cerrar sus oídos al “grito” que viene del fondo del corazón de los migrantes. Y para que esto no quedara en el aire, el Pontífice renovó “el compromiso de la Iglesia Católica, a través de la presencia de las Iglesias locales y regionales, en responder a esta herida que llevan consigo tantos hermanos y hermanas nuestros”.