Francisco invita a buscar la esperanza en la fe de un Padre cariñoso que no puede estar sin sus hijos
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“Dios es nuestro papá”. Invocar a Dios en el Padrenuestro es ser “como un niño que se siente amado y protegido por su padre”. Esta es la gran revolución de la oración cristiana, la misma que inició Jesús cuando la enseñó a los discípulos, señaló el papa Francisco en la audiencia general en la plaza de San Pedro este miércoles 7 de junio de 2017.
El Pontífice reveló que la relación de Jesús con su Padre nos enseña que podemos llamar con cariño a Dios: “Abba”, que en una traducción más popular y castellana podría ser Papaíto, Papi, Tata Dios, Papa Dios.
De esta manera, invitó a no resignarnos ante nuestros problemas y preocupaciones. Cuando necesitamos ayuda, “Jesús no quiere que nos resignemos” y nos “encerremos en nosotros mismos”, sino que nos dirijamos al Padre”.
“Con Jesús podemos llamar a Dios: «Abba», un término que muestra confianza y cercanía, y que podríamos traducir por ‘papá’. Dios es nuestro ‘papá’, y llamarle así nos pone en estrecha relación con Él, como un niño que se siente amado y protegido por su padre”, dijo Francisco.
Dios ama a sus hijos, perdona y abraza
El Pontífice remarcó la base de la esperanza cristiana presente en “el misterio insondable de Dios que no puede dejar de amar a sus hijos”.
“Jesús en la parábola del padre misericordioso nos presenta a Dios como un Padre bueno. No actúa al modo humano, sino a la manera divina, ‘amando’ de forma diferente. Cuando el hijo pródigo vuelve a casa, después de haber derrochado todos sus bienes, el padre sale a recibirlo y no le aplica criterios de justicia humana, sino que lo perdona y lo abraza, mostrándole cuánto ha sentido su ausencia”.
Pedir a Dios sin resignarse
Así, instó a pedirle a Dios con confianza por todas nuestras necesidades, desde la más evidente y cotidiana, como la comida, la salud y el trabajo, hasta la de ser perdonados y sostenidos ante las tentaciones. Hay un Padre que esta allí para quitar la soledad, que siempre “nos mira con amor, y que seguro no nos abandona”, dijo.
Sucesivamente, ante 15.000 fieles, sorprendió a los presentes con una propuesta: “Cada uno de nosotros tiene tantas necesidades, y problemas… Pensemos en estas necesidades y problemas. Pensemos también en nuestro Padre que no puede estar sin nosotros y que en este momento nos está mirando. Y todos juntos con confianza y esperanza digamos: Padre Nuestro (…) Amén”.
Minuto por la paz
En otro momento, Francisco pidió unirse a la iniciativa “un minuto por la paz” que se realizará este jueves, 8 de junio (13hora local), en varios países. Se trata de un pequeño momento de oración para recordar el encuentro en el Vaticano, entre el Papa, el fallecido presidente israelí Simon Péres y el presidente palestino, Mahmoud Abbas. “En nuestros días hay tanta necesidad de orar- cristianos, judíos y musulmanes – por la paz…”.
La audiencia general terminó con el canto del Padrenuestro y la bendición apostólica.