Cuando los protocolos priorizan lo que tienen que priorizarRecientemente, veíamos como un vuelo de United Airlines ponía de manifiesto lo absurdo de algunos protocolos de acción de las aerolíneas para lograr despegar vuelos sobrevendidos en hora.
Un médico con pasaje debidamente obtenido era arrastrado fuera del avión por haberse negado,
sistemáticamente, a las propuestas de compensación. La humillación tuvo un costo altísimo para las acciones de la empresa, y en un día United Airlines vio derrumbarse su prestigio de una manera abrumadora.
Pero esta semana tocó asistir a un caso en el que tanto protocolos como tripulación funcionaron a la perfección para que un pasajero salvara su vida.
El vuelo de Aerolíneas Argentinas AR1302 con origen Buenos Aires y destino Miami acababa de servir la cena, poco después del despegue. Una madre notó algo raro en su hijo, y advirtió a las asistentes de vuelo. El protocolo indica buscar entre los pasajeros un médico. Se acercaron cinco.
Una de ellas, una médica especialista en colapso pulmonar. Y el niño, justamente, advirtieron cuando lo atendieron, estaba desarrollando un neumotórax, una acumulación de aire entre el pulmón y la pared del tórax que impide la normal expansión de los pulmones y podría provocar la muerte.
Tras escuchar a la médica, el comandante del vuelo declaró la emergencia médica, y advirtió que no había otra opción que aterrizar en un aeropuerto cercano y poner de aviso a las autoridades aeroportuarias para que se atienda cuanto antes al niño. Y así fue. El vuelo aterrizó en el aeropuerto de Viru Viru, en Santa Cruz de la Sierra. Llevaba 300 pasajeros que interrumpieron su vuelo para salvar a uno. Más aún, al menos dos pasajeros descendieron del avión acompañando a la mamá.
El procedimiento de Emergencias, puesto en marcha con celeridad, funcionó a la perfección, y cuando aterrizó el vuelo las autoridades de Viru Viru ya los estaban esperando. El niño fue inmediatamente trasladado a la clínica Foianini, de la ciudad boliviana, donde se confirmó la gravedad del diagnóstico, y se inició una cirugía para salvar la vida del niño.
A las dos horas, e incluso ya sabiendo del desenlace positivo de la intervención sobre el niño, el Airbus 330-200 volvió a despegar. El resto de los pasajeros, informó la tripulación, no se quejó durante la demora. Todos estaban informados. Todos aportaron lo suyo.