Cada día mueren 130 personas
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La epidemia de consumo de opioides en Estados Unidos –una epidemia que cada día se cobra la vida de 130 personas, por lo menos—tiene otra escalada de muerte: México.
El prestigioso rotativo *The Washington Post* acaba de publicar en su primera plana un extenso reportaje –situado en el Estado mexicano de Guerrero—en el cual muestra cómo “el hambre” por consumo de heroína en Estados Unidos está produciendo un salvajismo nunca visto en México y devastando áreas rurales al completo.
“La heroína es como los esteroides para los cárteles de la droga; bombea dinero y propicia el músculo en sus peleas para acaparar el control del territorio (de producción) y las rutas (de transporte) a Estados Unidos”, dice el rotativo.
De Colombia a México
El salto histórico de México en la proveeduría de heroína a su vecino del norte ha ido de la mano con el crecimiento, también histórico, de consumidores estadounidenses. Actualmente, 90 por ciento de la heroína que entra en Estados Unidos viene de México. En 2003 solamente era 10 por ciento (Colombia ocupaba el liderazgo).
Lo mismo ha pasado con la producción de amapola. En poco más de una década ésta ha crecido 800 por ciento en México. Y el Estado de Guerrero es el principal productor de goma de opio (que sale de la amapola) a Estados Unidos. No es casual que se haya convertido en el Estado más violento de México, con 2,200 asesinatos en 2016.
Hace un par de semanas, el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, había reconocido la culpabilidad de la violencia en México producto del consumo de drogas en su país. Lo mismo reconoció, en rueda de prensa conjunta, el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly.
“Como estadunidenses tenemos que reconocer que somos el mercado para estas actividades (consumo de droga), pero si no fuera por nosotros, México no tendría este problema, así que tenemos que reconocerlo”, dijo el secretario en su momento el secretario Tillerson.
Por su parte, Kelly fue enfático al señalar: “Si los estadunidenses entienden que el uso de drogas termina en pérdida de vidas de periodistas en la región, en particular ahora en México, oficiales de policía, soldados, jueces, fiscales, si los estadunidenses que usan drogas entienden, y dejan de hacerlo, se reducirá significativamente el dinero proveniente de las drogas y en consecuencia las ganancias que genera Estados Unidos”.
Consumo y cambio
Sin embargo, el consumo de opioides que golpea a Estados Unidos no baja el ritmo. El número de estadounidenses que informan sobre el uso de heroína casi se triplicó en menos de diez años, llegando a 435.000 en 2015, según un informe de la Administración de Lucha contra las Drogas del año pasado.
En 2005, los agricultores mexicanos plantaron cerca de 3,000 hectáreas de amapola; una década más tarde, ese número creció hasta 28,000 hectáreas, según las últimas cifras de las Naciones Unidas.
“Un kilo de goma de opio puede hacer ganar a los agricultores empobrecidos cerca de 800 dólares de los narcotraficantes que lo compran. Después de que la goma se procesa en cabañas de las montañas de Guerrero en heroína blanca de alta calidad, un kilogramo puede venderse por alrededor de 50,000 dólares en las calles de Chicago, según funcionarios estadounidenses”, señala el reportaje de The Washington Post.
Y con esta diferencia, el “negocio” está montado.