No pudo más, su rodilla dijo basta. El tenista español Nicolás Almagro vivió en Roland Garros la cara más amarga del deporte. Su rodilla empezó a fallar y tras una asistencia médica e intentar por todos los medios competir…tuvo que parar.
Desde el fondo de la pista Nicolás Almagro rompió a llorar. El árbitro y el contrario Juan Martín del Potro acudieron a ayudarle. La imagen de este Roland Garros 2017 es ese abrazo: el abrazo de Juan Martín del Potro ante la adversidad de su rival. Un tenista siempre quiere ganar pero no así…con la lesión de un contrario.