Pentecostés, que se celebra 50 días después de la Pascua, es una de las principales fiestas religiosas cristianas. Esta fecha celebra cada año la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles, tal y como predijera Jesús. Marca también el nacimiento de la Iglesia y de su misión: anunciar la buena nueva de la resurrección de Cristo por todas las naciones. Este año 2017 cae en el domingo 4 de junio.
Como muchas otras fiestas, Pentecostés también tiene un pastel especial: el bizcocho Colombier o bizcocho de Pentecostés. Este pastel con almendras, melón confitado y regado con licor de cerezas Kirsch, es una especialidad de la pastelería mediterránea.
De hecho, este pastel de más de 100 años tiene sus raíces en Marsella. No obstante, aunque se disfruta especialmente en Pentecostés, su origen no está ligado a la religión católica.
¿Cuáles son los orígenes del bizcocho de Pentecostés?
La historia popular dice que el Colombier podría tener dos orígenes diferentes. El primer relato cuenta que en la década 1900, los miembros del sindicato de pasteleros de Marsella habrían decidido reunirse para pasar algún tiempo juntos durante las vacaciones de Pentecostés.
Con ellos llevaron un pastel que podía conservarse sin refrigeración, ideal para una escapada a una cala marsellesa. En el interior del pastel, al igual que con un roscón de reyes, introdujeron una figura de porcelana con forma de paloma, símbolo de buena suerte y de paz.
El otro origen, según menciona la bloguera Mercotte en su blog, simbolizaría en realidad a la misma Marsella. En efecto, cuenta que según el mito fundador de la ciudad de Marsella, una joven de nombre Gyptis habría escondido en un pastel una figura con forma de paloma prometiéndose así en matrimonio con quien la encontrara. El marinero griego Protis encontró la paloma y el niño que tuvieron juntos se llamó Massilia.
Es costumbre escribir en el pastel “quien la paloma encuentre, recibirá alegría y suerte”. Sin embargo, Benjamin Naud, pastelero del imprescindible restaurante marsellés Marrou, nos explica que a día de hoy es más común decir “quien encuentre la paloma se casará en un año”.
El bizcocho Colombier
El Colombier “es un bizcocho muy tradicional con una receta que ha permanecido invariable durante años”. Por desgracia, la costumbre de su elaboración se ha perdido un poco. “No hay muchas pastelerías que lo ofrezcan por Pentecostés”, explica Benjamin Naud. “No es precisamente un dulce muy ligero”, añade entre risas.
El pastelero explica que el bizcocho de Pentecostés se hace con un bizcocho genovés con almendras y frutas confitadas que maceran durante 6 meses. En esta época en la que está de moda los productos sin azúcar ni gluten, es difícil que este bizcocho encuentre lugar entre toda la oferta de panadería y pastelería… ¡Aunque no por ello está menos delicioso!
Entre nuestras recetas favoritas para elaborar un Colombier, ofrecemos esta de Christelle, del blog Il était une fois la pâtisserie, que prepara un magnífico Colombier siquiendo prácticamente al pie de la letra la receta original, pero eso sí, disminuyendo la cantidad de azúcar. Según explica en su blog, en muchas recetas antiguas de pastelería, la cantidad de azúcar es muy elevada y en realidad no siempre es necesario.
También nos gusta la receta de Carole, del blog Alter Gusto. Esta bloguera de origen marsellés utiliza la receta del blog Miel et du Sel como punto de partida, pero también prefiere disminuir la dosis de azúcar. Emplea además una mezcla de pasta de almendras y almendras en polvo y reemplaza el Kirsch por amaretto o ron. Una demostración de que podemos personalizar este bizcocho de Pentecostés centenario para adaptarlos a los gustos de cada uno.
Hoy celebramos a...