Cada estreno de la saga de Disney nos recuerda que hubo un tiempo en que el género fue la esencia de HollywoodCada vez que se estrena una entrega de Piratas del Caribe todo el mundo se acuerda del cine de aventuras en alta mar. Sin embargo, las películas de filibusteros y bucaneros han sido muchas cosas antes que una franquicia diseñada con escuadra y cartabón para reventar taquillas en todo el mundo. Recordamos aquí algunos títulos fundamentales del género esenciales para saber por qué uno aplaude o incluso, reniega de Piratas del Caribe.
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El temible burlón (1952)
Esto es cuando el cine olía a clásico. Las escenas de acción eran reales y se podían palpar en la pantalla. Un Burt Lancaster recién salido del maravilloso mundo del circo daba brincos como nunca nadie los ha vuelto a dar. Detrás de la cámara Robert Siodmak en estado de gracia diluía el género del cine de aventuras confeccionando una obra maestra absoluta. Por cierto, ya aquí había sentido del humor.
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Capitán Blood (1935)
Considerada por muchos como la mejor película de piratas de todos los tiempos. Dirigida por Michael Curtiz (Casablanca) y protagonizada por un icono del cine de aventuras de la época como Errol Flyn, Capitan Blood es una joya del género con un reparto insuperable y una de esas bandas sonoras magistrales obra de Erich Wolfgang Korngold que terminarían marcando a compositores, hoy tan valorados, como el mismísimo John Williams.
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Los contrabandistas de Moonfleet (1955)
Cualquier amante del cine es preciso que no pierda de vista Fritz Lang. Raro es el género que no haya tocado y que no lo haya revolucionado. Con el cine de piratas no alteró demasiado sus patrones pero sí que lo elevó a una de sus cumbres más estilizadas. Lang era un formalista empedernido y un cineasta elegante como pocos. Los contrabandistas de Moonfleet no es, desde luego, su película más famosa, pero sí que es una de las mejores cintas de piratas de todos los tiempos.
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La mujer pirata (1951)
Jacques Tourneu se ganó por derecho propio uno de los lugares de honor dentro del Hollywood clásico. Tocó casi todos los géneros y prácticamente él inventó la elegancia y la sutileza en el cine. Con esta película el director se atrevió con una arriesgada vuelta de tuerca para la época y sitúo en el lugar protagonista de una cinta de piratas a una mujer. Obra maestra.
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Piratas
Damos un salto mortal y sin red porque los grandes del género están en el cine clásico y el cine de piratas no es para menos (Viento en las velas, La isla del tesoro, El halcón del mar…). Uno de los primeros intentos por recuperar la esencia del género fue una producción suicida europea dirigida por Roman Polanski y protagonizada por Walter Matthau. El film resultó un fracaso realmente formidable pero su cuidado vestuario, su esmerado diseño de producción y sobre todo, el encanto que supura por empeñarse en ser lo que no llega a ser resulta enternecedor.
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Tiburón (1975)
Y para terminar una anécdota. Cuando Steven Spielberg terminó Tiburón tenía en la cabeza una música de suspense y acción. Cuando le enseñó el film a John Williams, seis años mayor que él, el músico le dijo que se había equivocado, que tal y como estaba filmada, Tiburón no era una película de acción y mucho menos una cinta de terror. A Williams lo que le pegaba era música propia de una película de piratas. El resultado es por todos conocido. Porque además de las dos famosas notas del tema principal de Tiburón hay en la cinta de Spielberg mucha música que degustar. Aquí, una de las escenas culminantes con música de piratas y sin diálogos ni efectos sonoros. Reveladora.