Un idea lanzada por monseñor Dario Edoardo Viganò, el hombre del Papa Francisco para la comunicación
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Actores, directores, productores… Católicos pero también creyentes de otras confesiones hoy se encuentran un poco solos en su trabajo-vocación: el cine. A diferencia de otros sectores o profesiones no tienen un santo patrono al cual encomendar sus proyectos, sueños, dificultades y sufrimientos…
Por este motivo, el hombre del Papa para la comunicación, que la semana pasada participó en el Festival de Cannes, lanzó una propuesta inesperada: presentar a los ángeles como los patronos del cine.
Monseñor Dario Viganò, prefecto de la Secretaría para la Comunicación de la Santa Sede, constató que otros sectores de la comunicación tienen su santo: los periodistas a san Francisco de Sales; el mundo de la publicidad a san Bernardino de Siena; la televisión a santa Clara…
Viganò, que fue profesor universitario de cine, presentó como santos patronos del cine a los ángeles, pero no esos aburridos de una cierta literatura, sino esos espíritus “que son movimiento y luz, precisamente como el cine, y que llevan al oído de Dios los sueños, los miedos, las derrotas, las oraciones de los hombres”.
“Y si pienso en estos ángeles no miro a esos de demasiada tradición devocional, sino a los ángeles de la Biblia, a los de Dante o de Rainer Maria Rilke, es decir, a los personajes del ‘Cielo sobre Berlín'”, añadió, en referencia a la película de culto (Der Himmel über Berlin) de 1987, dirigida por Wim Wenders.
Cuando presentó la propuesta, en el pabellón americano del Festival de Cannes, acompañaba a monseñor Viganò el mismo Wenders, quien comentó la iniciativa: “No soy de ninguna forma responsable, porque cuando escribí ese guión quería crear personajes exageradamente ficticios, verdaderos y propios personajes”.
“El hecho es que, durante la elaboración, algo distinto y profundo sucedió”, añadió, reconociendo que esa película tuvo un proceso de inspiración cotidiano que superó al mismo director, como si los mismos ángeles inspiraran su obra.
“Deseo que cada persona y cada artista sienta esa sensación, que en mi caso no venía de mí sino vino a mí”, confesó.