El Papa invita a pensar en el ejemplo de Jesús que camina con las personas y ya conoce “el motivo de su desilusión”, pero “no se impone, sino pregunta y escucha”“Todos nosotros en nuestra vida hemos tenido un momento difícil, oscuro, momentos en los que caminamos tristes, preocupados, sin meta, solamente con delante un muro…Y Jesús siempre está a nuestro lado y junto a nosotros para darnos esperanza, para calentarnos el corazón y decir: sigue adelante, yo estoy contigo, ve adelante”, dijo el papa Francisco en la plaza de San Pedro en la audiencia general de este miércoles 24 de mayo de 2017.
Tras la audiencia privada que tuvo esta mañana con el presidente de Estados Unidos, el Papa realizó su catequesis sobre los dos discípulos del camino de Emaús para indicar el camino de la esperanza (cfr Lc 24,28-32). Una derrota que luego se convierte en gloria.
Así, explicó que en el camino de Emaús, se “narra la experiencia de los dos discípulos que, después de la muerte de Jesús en el Calvario, huyen de Jerusalén sin esperanza, desilusionados y llenos de amargura por la derrota del Maestro, hacia la tranquilidad de Emaús”.
Terapia de la esperanza
De ahí, Francisco aseguró que Jesús comienza su “terapia de esperanza”. “Primero pregunta y escucha: nuestro Dios no es un Dios que se impone”.
Jesús, “aunque ya conoce el motivo de la decepción”, deja tiempo a sus discípulos “para sondear las profundidades de la amargura que les ha cautivado. El resultado es una confesión de la existencia humana que es un estribillo: “Nosotros esperábamos …” (v. 21)”.
“Jesús camina con todas las personas que sin confianza caminan cabizbajos y desilusionados. Y caminando con ellos, de manera discreta, logra devolver la esperanza”.
El Papa enseña esta terapia de la esperanza para que las personas afligidas tengan “el tiempo necesario para que hagan un recorrido interior y lleguen al fondo de su amargura”. Es salir del momento de la espera, de la “tristeza, decepción, derrota, y que son un retrato de la existencia humana que nos es común”.
“Como a los discípulos de Emaús, Él habla a través de las Escrituras, manifestando cómo la verdadera esperanza pasa por el fracaso y el sufrimiento. Y al final del camino cumplido en su compañía, Jesús se hace reconocer en la fracción del pan, gesto fundamental de la Eucaristía, don de su amor total, de donde brota la vida de la Iglesia y del cristiano”.
Por último, el Papa saludó a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica.
“Que Jesús resucitado nos conceda descubrirlo presente y vivo en su Iglesia -concluyó-, donde, saliendo a nuestro encuentro y caminando junto a cada uno, nos conduce con su amor infalible y su presencia vivificante por el camino de la esperanza. Que Dios los bendiga”.