La Primera Dama de Estados Unidos transmitió un mensaje claro con la escogencia de su vestimentaSin duda, Melania Trump ha pensado muy bien sus atuendos durante su primer viaje presidencial. Muchos podrían considerar que la ropa es algo secundario, pero yo prefiero el término complementario, ya que una pieza de ropa también puede transmitir muchas cosas de forma indirecta.
Durante su visita a Arabia Saudita, ni ella ni Ivanka Trump cubrieron sus cabezas con un pañuelo como lo indica la ley del país para las mujeres locales, y optaron más por marcas norteamericanas, como Michael Kors. Aunque las extranjeras no están obligadas a hacerlo, muchos comentaron sus atuendos, porque Donald Trump precisamente criticó a Michelle Obama en el 2015 por dejar su cabello al descubierto en ese país. ¿Pero es que acaso Melania e Ivanka no tienen voluntad propia?
Sin embargo, para su audiencia en el Vaticano, tanto la Primera Dama como la hija del magnate sí quisieron respetar el código de vestimenta a cabalidad (aunque no era necesario, como ya les explicaré), usando vestidos negros, sin escote, de manga larga, por debajo de la rodilla y cubriendo sus cabezas con un velo del mismo color. Incluso, Melania optó por un traje de encaje de la firma Dolce & Gabbana, una señal clara de que buscaba rendirle honor al diseño italiano.
El código establece que las mujeres vistan tal y como lo hicieron Ivanka y Melania Trump al momento de conocer a su Santidad. Sólo algunas princesas y reinas católicas tienen permitido usar el color blanco bajo el privilège du blanc y, sin embargo, sólo lo hacen durante ocasiones muy especiales, como fue el caso de la Reina Sofía cuando canonizaron a la Madre Teresa de Calcuta el año pasado.
En cuanto a los hombres, el protocolo exige frac, chaleco y pajarita de piqué blanca (si es militar, uniforme de gala). Sin embargo, desde hace varios años, este código de vestimenta se ha vuelto opcional, sobre todo para ellos, y son muy pocos los que lo cumplen. La gran mayoría de los diplomáticos y jefes de estado usan traje y corbata, tal y como lo hizo hoy el presidente de los Estados Unidos.
Para las mujeres también es opcional como les comentaba, pero la mayoría igual lo sigue cumpliendo, una de las pocas excepciones ha sido, por ejemplo, Camila de Cornualles, esposa del Príncipe Carlos de Inglaterra, quien vistió de blanco crudo al reunirse con el Papa el pasado mes de abril.
¿Pero por qué Melania e Ivanka Trump sí respetaron el código de la Iglesia católica y no el de Arabia Saudita? Algunos expertos aseguran que no querían agregar más controversia a una reunión que ya era polémica por las diferencias de pensamiento tan marcadas entre su Santidad y Donald Trump. Sin embargo, creo que esto es parte de la razón pero no toda.
Primero, el Papa Francisco ha dicho que no considera estrictamente necesario que quienes lo visiten cumplan con el código de vestimenta y, de hecho, después de la visita de la duquesa de Inglaterra hace un mes, un vocero del Vaticano lo recordó ante algunas críticas que surgieron por su atuendo. Y segundo, con Oriente hay una relación aún más tensa. Aunque sabemos que con Arabia Saudita es “diferente”, no hay que olvidar que en el pasado le han criticado su falta de colaboración para luchar contra el terrorismo; además, también hay muchos intereses económicos de por medio que, en todo caso, convenía más el gesto de seguir la tradición de vestimenta femenina.
Entonces pienso que aquí también hubo mucho de la postura personal de Melania e Ivanka relacionada con los derechos de las mujeres y la manera en que son tratadas; además de querer respetar al Papa porque, aunque no se ha confirmado que Melania sea católica e Ivanka se convirtió al judaísmo, ambas son mujeres de fe (y como tal respetan a los líderes religiosos) y conservadoras.