El fenómeno migratorio cada vez es de mayor magnitud en el país sudamericano Mientras aumenta a 158 el número de presos civiles por tribunales militares y proliferan las manifestaciones contra el gobierno, las madres venezolanas pasaron su día añorando al hijo que está fuera por causa de la persecución política, angustiadas por el que está dentro expuesto a la agobiante inseguridad y llorando al que fue asesinado durante las protestas.
Vamos rumbo a la cincuentena de jóvenes que han perdido la vida debido a la fuerte represión de los militares y paramilitares en Venezuela. A la larga, el efecto más perjudicial sobre la sociedad es la dispersión de la familia que separa, desconecta y desgarra espiritualmente.
“Lo peor que ha hecho este gobierno es separar familias”, dijo Yadira Soto de Toledo, reflejando así el sentir de miles de madres venezolanas que hoy están separadas de sus hijos por la crisis en el país. Es madre de Lester Toledo, diputado del Consejo Legislativo del Estado Zulia.
El venezolano no tiene tradición de emigrar. Nuestra costumbre es, más bien, hemos recibir inmigrantes a lo largo de la historia. Hace pocos días, el alcalde Bucaramanga (Colombia), zona lindera de frontera con Venezuela, se quejó por la masiva llegada de venezolanos: “Se vinieron los limosneros de Venezuela”, declaró a un medio local. Pero él mismo reconoció: “No los podemos matar ni echarles plomo, toca recibirlos, así como Venezuela recibió a más de 4 millones de colombianos que se iban de aquí porque no tenían oportunidades”.
La situación representa un vuelco, pues desde los años 70 Venezuela fue receptor de colombianos que huían del conflicto armado o que buscaban oportunidades económicas.
El fenómeno migratorio es de gran magnitud. Colombia, Panamá, las islas del Caribe, España y Estados Unidos son los destinos más comunes.
Migración Colombia, en un informe de 2013, informó que entre 2007 y 2014 el número de trabajadores temporales provenientes de Venezuela creció 219%, al pasar de 4.598 a 14.697. Entre octubre de 2015 y junio de 2016 unos 10.221 venezolanos solicitaron asilo en Estados Unidos, siendo la tercera nacionalidad que más peticiones presentó tras China y México. Mientras que entre enero y mayo 1.040 lo hicieron en la Unión Europea, principalmente en España, número que supera con creces las 790 registradas en todo 2015, según Eurostat.
Los venezolanos con residencia temporaria en Argentina pasaron de 13.049 en 2015 a 24.347 el año pasado, de acuerdo a los registros de la Dirección Nacional de Migraciones.
La crisis, ciertamente, obliga a la desintegración de la familia. Los datos hablan por sí solos: dos millones quinientos mil venezolanos emigraron del territorio nacional según seguimiento del Laboratorio Internacional de Migraciones publicado este año.
El director del Laboratorio, Iván de la Vega, profesor de la Universidad Simón Bolívar de Caracas sostiene que, a pesar de que Venezuela no maneja estadísticas al respecto, es un hecho que el país está perdiendo capital humano por la emigración de profesionales altamente capacitados. Especificó que Venezuela es el principal emisor de personal altamente calificado e indicó que factores como la falta de competitividad de los salarios y la inseguridad son puntos determinantes al decidir dejar el territorio venezolano. El especialista en migraciones especificó que el 51 % de los venezolanos que han ingresado a Estados Unidos son al menos licenciados, mientras que en el caso de España la cifra aumenta a 53 %.
Quienes siguen el tema aseguran que el impacto mayor tiene que ver con las autoridades del país que ni siquiera mencionan el problema en sus discursos ni lo toman en cuenta para generar políticas que lo contrarresten. La actitud olímpica de ignorarlo no nos eximirá, desde luego, de sus duras consecuencias en el futuro.