Videomensaje del papa Francisco en su 19º viaje apostólico como “peregrino de esperanza y paz” a Fátima, el 12 y 13 de mayo de 2017“La oración ilumina mis ojos para saber mirar a otros como Dios los ve, para amar a otros como Él los ama”, explica el papa Francisco en el tradicional videomensaje antes de cada viaje apostólico, dirigido al pueblo portugués este miércoles 10 de mayo de 2017.
Lamenta y se disculpa por no poder ir a visitar otras poblaciones o comunidades en este viaje limitado sólo al santuario mariano de Fátima (Portugal) para rezar “a los pies de la Virgen Madre”.
El mensaje en portugués fue trasmitido a las 18.00 (hora local) con motivo de la inminente peregrinación apostólica en ocasión del centenario de las apariciones de la Virgen María en Cova da Iria, en Portugal, informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
El Obispo de Roma dijo ir ante la Virgen como Pastor universal, “ofreciéndole un ramo de las más lindas flores que Jesús confió a mis cuidados (Jn 21, 15-17)”, es decir, “los hermanos y hermanas del mundo entero rescatados por su sangre, sin excluir a nadie”.
“¿Ves? Necesito tenerlos conmigo; necesito de su cercanía (física o espiritual, lo importante es que sea desde el corazón) en mi ramo de flores, en mi «rosa de oro»”, agregó.
Pidió a los fieles unirse a él para ser “un solo corazón y una sola alma” (cf. At 4, 32). Le entregaré todos a la Virgen, pidiéndole por cada uno: “mi Inmaculado Corazón será tu refugio, Camino que te conducirá hasta Dios” (Aparición de junio de 1917)”.
El lema del Viaje –destacó– es un programa de conversión: “Con María, peregrino en la esperanza y en la paz“.
Francisco destacó el centenario de las apariciones de la Virgen como un momento de oración y aplaudió la preparación intensa que hacen los fieles en tal sentido. “Esto ensancha nuestro corazón y lo prepara para recibir los dones de Dios”.
Agradeció las oraciones que diariamente las personas ofrecen por él, pues, declaró, “soy un pecador entre pecadores, «un hombre de labios impuros, que habita en medio de un pueblo de labios impuros» (Is 6, 5)”.
“La oración ilumina mis ojos para saber mirar a otros como Dios los ve, para amar a otros como Él los ama”, destacó.
Por ello, aseguró que el itinerario a Fátima es el viaje de la alegría del Evangelio y de la paz para compartir con el pueblo. “El Señor les bendiga y la Virgen Madre les proteja”, finalizó.