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¿Cuál es el pecado más grave en América Latina? responde Papa Francisco

Pope Francis General Audience May 10, 2017 © Antoine Mekary / ALETEIA

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Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 10/05/17
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Mensaje del Pontífice a los Obispos y Pastores del Consejo Episcopal Latinoamericano, reunidos en San Salvador, El Salvador, del 9 al 12 de mayo

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“Veo rostros de personas que desde muy temprano y hasta bien entrada la noche salen a ganarse la vida y lo hacen con la inseguridad de no saber cuál será el resultado.

Y lo que más duele es ver que salen a enfrentar la inclemencia generada por uno de los pecados más graves que azota hoy a nuestro Continente: la corrupción, esa corrupción que arrasa con vidas sumergiéndolas en la más extrema pobreza”, dijo el papa Francisco.

Lo hizo en un mensaje dirigido a los Obispos y Pastores del Consejo Episcopal Latinoamericano, reunidos con ocasión de la XXXVI Asamblea General Ordinaria del CELAM, que se realiza en San Salvador, El Salvador, del 9 al 12 de mayo.

“Corrupción – continuó – que destruye poblaciones enteras sometiéndolas a la precariedad. Corrupción que, como un cáncer, va carcomiendo la vida cotidiana de nuestro pueblo.

Y ahí están tantos hermanos nuestros que, de manera admirable, salen a pelear y a enfrentar los “desbordes” de muchos… de muchos que no necesitan salir (a pescar)”, sostuvo Francisco al relacionar la vida de los latinoamericanos más pobres con el pequeño grupo de pescadores que dieron origen al evento mariano en Aparecida.

La Asamblea General del Episcopado Latinoamericano cuenta con la participación de los representantes de las 22 Conferencias Episcopales y representantes de los Obispos de Canadá y Estados Unidos que fueron invitados a participar en la Asamblea que tiene como lema: “Iglesia pobre para los pobres”.

En su Mensaje, el Papa Francisco manifiesta su cercanía a los Pastores Latinoamericanos: “Con Ustedes – señala – me gustaría poder ‘visitar’ el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida. Una visita de hijos y de discípulos, visita de hermanos que como Moisés quieren descalzarse en esa tierra santa que sabe albergar el encuentro de Dios con Su pueblo”.

El Obispo de Roma recordando que, hace 300 años un grupo de pescadores salió como de costumbre a tirar sus redes, es decir, “salieron a ganarse la vida y fueron sorprendidos por un hallazgo que les cambió los pasos”.

Era Nuestra Señora de la Concepción. “Aún hoy 300 años después, Nuestra Señora Aparecida nos hace crecer, nos sumerge en un camino discipular”. En este sentido, Aparecida es una escuela de discipulado, confirmó.

El Papa destacó otros dos puntos:

La Madre que no abandona nunca a sus hijos

El segundo aspecto es la Madre, afirma el Papa Francisco. María conoce de primera mano la vida de sus hijos. “En el relato de Aparecida la encontramos en medio del rio rodeada de fango. Ahí espera a sus hijos, ahí está con sus hijos en medio de sus luchas y búsquedas. No tiene miedo de sumergirse con ellos en los avatares de la historia y, si es necesario, ensuciarse para renovar la esperanza”.

María aparece allí – señala el Papa – donde los pescadores tiran las redes, allí donde esos hombres intentan ganarse la vida. Ahí está ella.

El encuentro con Dios

Por último, precisa el Pontífice, el encuentro. “Las redes no se llenaron de peces sino de una presencia que les llenó la vida y les dio la certeza de que en sus intentos, en sus luchas, no estaban solos. Era el encuentro de esos hombres con María luego de limpiarla y restaurarla la llevaron a una casa donde permaneció un buen tiempo”, subrayó.

“Ese hogar, esa casa, fue el lugar donde los pescadores de la región iban al encuentro de la Aparecida. Y esa presencia se hizo comunidad, se hizo Iglesia” explicó el Papa.

Las redes no se llenaron de peces, se transformaron en comunidad. Esto ayudará a revelar la dimensión misericordiosa de la maternidad de la Iglesia”, finalizó el Papa Francisco que invitó a ver el ejemplo de Aparecida.

Donde la Virgen está ahí entre los “ríos y el fango de la historia acompañando y alentando la esperanza para que cada persona, allí donde esté, pueda sentirse en casa, puede sentirse hijo amado, buscado y esperado”.

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