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¿Es bueno para la salud practicar “nesting”?

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Inma Álvarez - publicado el 06/05/17
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Una palabra “trend” para describir una necesidad humana básica: “estar en casa”

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Bautizar con palabras inglesas las “cosas que se han hecho siempre” y convertirlas en tendencias es la última moda. Sucede con el nesting, una palabra cool utilizada para describir la costumbre de “no salir de casa el fin de semana”. También con el housewarming, algo tan espontáneo y natural en nuestra cultura hispana: el ir a “estrenar” la casa nueva de algún amigo o familiar que acaba de mudarse. La “siesta” también es tendencia, la cocina casera, la jardinería…

En realidad, el nesting es el mismo concepto que el hygge danés: “redescubrir” el hogar, sentirse a gusto en él, “perder el tiempo” descansando y relajándose sin hacer nada en particular. Mirándolo en perspectiva, parece un efecto rebote de los locos años 80 y 90, donde salir a divertirse fuera parecía la tendencia socialmente en alza.



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Este tipo de tendencias muestran, en el fondo, que en una sociedad estresada y desvinculada como la occidental, existe un anhelo en las personas de “echar raíces”, de encontrar un “hogar al que volver”. De nuevo, la ciencia acude en nuestra ayuda: de todas las terapias ocupacionales para combatir la depresión, la que mejor funciona es… ¡la repostería!, según un estudio publicado por el British Journal of Occupational.

En un reciente artículo sobre el nesting publicado por el diario español El País, el doctor Vicente Saavedra, de la clínica Medicina Integral de Barcelona, explicaba que el cuerpo humano, las células y los órganos, “necesitan descanso para repararse”. Necesitamos, por tanto, bajar el ritmo de vida, recuperar las horas de sueño perdidas durante la semana.

¿Cuál es la razón? Nuestro cuerpo, cuando está estresado , segrega una hormona, el cortisol, que si se mantiene durante mucho tiempo afecta seriamente a la salud: la acidez de estómago constante, la bajada de las defensas, la tendencia a engordar y a tener la presión alta, y a largo plazo, la osteoporosis, pueden deberse a ello.

Parece demostrado que hacer actividades placenteras en casa reduce el nivel de cortisol. Por tanto, no es descabellado decir que hacer la siesta, coser, arreglar el jardín o cocinar pasteles es muy beneficioso para la salud.

La mejor escuela de felicidad y de vida es la propia vida en casa

Descansar en el hogar no es sólo importante para reponer fuerzas y descansar del estrés: es también el momento privilegiado en el que se refuerzan los lazos de la pareja y entre padres e hijos.

María José Roldán, especialista en educación especial, lo explica: “La familia es la mejor escuela que pueda existir y la que tiene mayor peso en la educación y desarrollo de los hijos. Tu forma de querer es lo que aprenderán desde pequeños. Los niños tienen capacidad de percibir los detalles más pequeños e incluso aquellos que los adultos pasamos por alto”.

“El mundo emocional y los sentimientos son una prioridad en el ser humano. El contexto del trabajo diario muchas veces lleva a descuidar lo que mas queremos. Pasar el tiempo con los que amamos es uno de los mejores síntomas de calidad de vida y felicidad”, añade.

El hogar es la base segura, punto de referencia, que necesitamos en la vida como punto de partida para el desarrollo personal y familiar. La psicología acentúa mucho la importancia de las certezas afectivas.

La casa no es una certeza afectiva, pero puede ser, si se vive con las condiciones convenientes, el gran medio para convivir con nuestros afectos mas importantes, como son la propia familia. Basta con pensar por ejemplo en los grandes problemas afectivos que viven las personas que no tienen casa y viven en condiciones de pobreza extrema.

Así que… sí, viva el nesting, el hygge o como quieran llamarlo: ¡Disfruta a tope de tu fin de semana en casa!

 

Artículo realizado en colaboración con Javier Fiz Pérez, Psicólogo, Profesor de Psicología en la Universidad Europea de Roma, delegado para el Desarrollo Cientifico Internacional y responsable del Área de Desarrollo Científico del Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP).

 

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