Por decapitación, ahogamiento, inyección letal o arma de fuego
Amnistía Internancional acaba de hacer público, en su informe anual, el número de personas que se encuentran condenadas a muerte en el mundo. Los datos son demoledores. 18.848 personas se encuentra a día de hoy en el corredor de la muerte y más de tres mil recibieron esta condena durante el año 2016.
China, Irán, Arabia Saudí, Irak y Pakistán son los países donde se produjeron más ejecuciones. Sólo en los cuatro últimos países se produjeron el 87% de las ejecuciones en el mundo.
Los datos, no obstante también ofrecen algún tipo de esperanza. Estados Unidos deja de estar entre los países que más ejecuciones realizan y sólo son 20 las realizadas en 2016. La cifra más baja desde 1991.
El informe también explica cómo se llevan a cabo las sentencias. Según Amnistía Internacional las muertes se producen por cuatro métodos diferentes. La decapitación (Arabia Saudí); el ahorcamiento (Afganistán, Bangladesh, Botsuana, Egipto, Irak, Irán, Japón, Malasia, Nigeria, Pakistán, Palestina, Singapur, Sudán, Sudán del Sur); la inyección letal (Arabia Saudí, China, Estados Unidos, Vietnam); y por arma de fuego (Bielorrusia, China, Corea del Norte, Indonesia, Palestina, Somalia, Taiwán).
La lucha contra la pena de muerte del Papa Francisco
El Papa Francisco se ha mostrado en numerosas ocasiones contra la Pena de Muerte y explica cómo ““No hay que olvidar que el derecho inviolable a la vida, don de Dios, pertenece también al criminal”.
En un mensaje enviado al VI Congreso Mundial contra la Pena de Muerte el pasado 21 de junio mostraba cómo la justicia penal debe estar “abierta a la esperanza de reinserción del culpable en la sociedad”.
“Hoy día la pena de muerte es inadmisible, por muy grave que haya sido el delito del condenado”, afirmaba.