Pasear por los cementerios puede ser muy educativo, y más si te encuentras en Roma. Hay varios cementerios en Roma para visitar pero sin duda, el Cementerio monumental del Verano, es el que presenta una mayor riqueza de arte, cultura e historia.
Se llama "Verano" porque fue construida sobre el antiguo campo de los Verani, gens senatoria (senadores) que data de los tiempos de la República Romana.
Tiene ya más de veinte siglos y siempre fue un lugar donde se realizaban enterramientos. Allí se encuentran las catacumbas de Santa Ciriaca, y es el lugar donde fue sepultado San Lorenzo, en cuya tumba se construyó la basílica y el monasterio.
El área comprende 81 hectáreas, así que es muy fácil perderse. Incluso hay un trasporte urbano que recorre por dentro el cementerio para llegar de un punto a otro. A pie es imposible recorrerlo en un sólo día, y por eso, el municipio de Roma ha creado distintos itinerarios para que sean más fáciles las visitas.
El Cementerio del Verano se encuentra junto a la Basílica de San Lorenzo Extramuros:
Son once los tipos de recorridos. Escoge el que más te gusta según tus intereses:
Monumentos del Verano, un museo al abierto
La ciudad del Verano, tres generaciones de arquitectos y urbanistas
Artes decorativas y aplicadas, el nacimiento de la modernidad en la cultura romana
La cultura de los literatos, poesía narrativa a crítica.
Historias en femenino entre el ochocientos y el novecientos.
El teatro italiano desde el escenario hasta la pantalla chica, lírica, prosa, televisión.
Roma y la gran guerra, la segunda guerra mundial entre protagonistas y gente común.
Cuando lo visité, la verdad, no sabía que estaba también organizado. Fui por curiosidad, porque sabía que, aparte de ser un lugar sagrado, era un bien cultural de Roma, y también porque buscaba la tumba del “indiecito santo”, el beato Ceferino Namuncurá (aunque sus restos fueron repatriados a Argentina, todavía se encuentra el monumento, como también está el monumento a María Montessori).
Lo que más me impresionó, aparte de la belleza de tantos monumentos, es la parte de los bebés recién nacidos o no nacidos. Sus padres o familiares los recuerdan llevándoles flores, juguetes, o adornan el lugar para el día de su cumpleaños con globos y carteles. Es la zona más colorida del cementerio.
En otra parte se encuentran los caídos por las guerras sobre todo la segunda guerra mundial. En vida estas personas fueron totalmente contrarias por ideologías políticas o creencias y ahora se encuentran unidas bajo la misma tierra. Reflexionemos: ¡Qué inútiles son las guerras!
Fue una visita donde aprendí muchísimo y seguro que volveré para hacer algunos de los itinerarios, sin olvidarme de llevar unas flores para dejar en la primera tumba que encuentre, como hace papa Francisco todos los 2 de noviembre. No tengo a ningún familiar en ese cementerio, pero siempre hay almas que necesitan oraciones.