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Durante su primer matrimonio con su prima, María Barbara, Bach tuvo 7 hijos. Tras fallecer María, se casa en segundas nupcias con Anna Magdalena, con quien tiene 13 hijos más. La mitad de ellos fallecieron al nacer o a una temprana edad. A la muerte de Bach, su primogénita tenía 41 años y la más joven solamente 8.
2Pasó una temporada en prisión
De 1708 a 1717, Bach fue organista y primer violín solista de la capilla del duque de Sajonia-Weimer, Guillermo Ernesto.
Cierto día, el príncipe Leopoldo de Anahlt-Cöthen le propone el puesto de maestro de capilla en la corte de Cöthen, cargo que decide aceptar. No obstante, el duque de Weimer, descontento con la dimisión de Bach, lo mete en prisión durante un mes antes de dejarle marchar por fin.
3Recorrió 400 km a pie
Para conocer al gran maestro Buxtehude (uno de los compositores alemanes más reconocidos de su tiempo y establecido en Lübeck), Bach recurrió 400 kilómetros a pie de ida y de vuelta (con 20 años, eso sí). Como había acordado con sus empleadores de Arnstadt, debía haberse ausentado un mes, pero finalmente estuvo fuera durante cuatro.
4Tenía un carácter bastante fuerte
Se sabe, y hay varios episodios célebres de la vida de Bach que dan testimonio de ello, que el compositor tenía cierto temperamento. Y cuando se irritaba, no se andaba con rodeos. Es poco conocida esta pequeña nota escrita a prisa y sin las fórmulas de cortesía habituales en la correspondencia de la época; en ella queda patente el carácter fuerte de Bach:
"Señor Martius: Mi paciencia ha llegado a su límite. ¿Cuánto tiempo cree usted que debo seguir esperando el clavecín? Han pasado ya dos meses y seguimos igual. Lamento escribirle en estos términos pero no me ha quedado otro remedio. Debe devolver las cosas correctamente de aquí a cinco días, de lo contrario dejaremos de ser amigos. Adiós. Joh. Sebast. Bach.” (Leipzig, 20 de marzo de 1748).
5Era un vividor
Son pocos los elementos que nos permiten conocer los momentos íntimos de la familia Bach. Sin embargo, algunos testimonios de aquí y allá desvelan que Bach era un vividor, un amante de la bebida, como la cerveza o la sidra (hay varios recibos que certifican la compra anual de 3 barriles de cerveza).
Su primo, Johan Elias, lleno de buenas intenciones hacia el músico, también le proveía regularmente de vino. Y a esto le añadimos el consumo de chocolate caliente, café y tabaco. Se sabe que Bach era fumador habitual de pipa. Cuando tenía solo 20 años, se hace alusión a este hecho en un acta: “Bach pasó por la calle, pipa en boca”.
6Era un padre cariñoso… pero exigente
Bach no descuidaba nada en relación a la educación de sus hijos, sobre todo en lo referente a su educación musical. Schubart, en la revista Deutsche Chronik, recoge una anécdota que contaba uno de los hijos de Bach, Johann Christian Bach:
“Me viene a la cabeza una anécdota que contaba el Bach de Londres [Johann Christian] en Schwezingen. Se hablaba del genio de su padre y confesó que él mismo era incapaz de tocar lo que su padre había compuesto. ‘En cierta ocasión, les contó a Cannnabich y a Wendling, improvisaba yo al clave de manera totalmente mecánica y me paré en un acorde de cuarta y sexta. Mi padre estaba en la cama y yo creía que dormía, pero saltó de la cama, me dio un cachete y resolví el acorde’” (Ulm, 16 de enero de 1775).
(Detenerse en un acorde de cuarta y sexta vuelve a suspender el discurso musical y deja al oyente a la espera de un nuevo movimiento sonoro. Esta suspensión era sin duda “intolerable” para el oído de Bach).
7Estuvo a punto de competir con Marchand
Marchand era uno de los organistas franceses más dotados de su tiempo y Bach valoraba mucho las composiciones que conocía él. Marchand, organista en la corte de Versalles, tenía un carácter bastante difícil. Cuando debió pagar la mitad de su salario a su exmujer, el compositor, no contento con la decisión legal, declaró: "Si mi mujer recibe la mitad de mi salario, entonces que asuma también la mitad del oficio".
Así que, ni corto ni perezoso, en 1713, en medio de una misa en la capilla real de Versalles, y en presencia del rey, Marchand se levanta de la tribuna y deja el oficio a medias. A fin de evitar las iras de Luis XIV, se exilia rápidamente y viaja sobre todo por Alemania.
Mientras visitaba la corte del Elector de Sajonia en Dresde, Marchand acepta participar en "concurso de improvisación" con Bach. Los duelos musicales eran muy valorados por entonces y Marchand era conocido por su virtuosismo.
Los alemanes querían aprovechar la presencia del francés para enfrentarlo a su mejor intérprete que, naturalmente, era Bach. Sin embargo, (seguramente) después de haber sido informado del impresionante talento virtuoso e improvisador de Bach, Marchand se escaquea y abandona precipitadamente Dresde para volver a París.
8Conoció uno de los primeros pianofortes
Bach tocaba diferentes instrumentos de cuerda y teclado. Para esta última familia instrumental, lo asociamos naturalmente al órgano y al clavecín, instrumentos emblemáticos de la época. Sin embargo, al final de su vida, Bach conoció los primeros pianofortes.
Entre sus actividades, Bach alquilaba y tocaba instrumentos para uso propio, pero también ponía su experiencia al servicio de músicos profesionales o amateur que querían comprar instrumentos.
Así, el conde de Branitsjy en Bialystock (Polonia) requirió su servicio como experto en la compra de un pianoforte. El recibo de la compra, fechado el 6 de mayo de 1749 (un año antes de su muerte), demuestra que se interesó por estos nuevos instrumentos y que los conocía.
9Poseía un increíble número de instrumentos en su casa
Un documento extremadamente revelador sobre la vida cotidiana de los Bach es un inventario tras su muerte que se realizó en Leipzig en el otoño de 1750. Entre la valiosa información que proporciona el documento, encontramos que Bach era dueño de al menos 6 instrumentos de teclado, 10 de cuerda, un laúd y dos clave-laúd.
10Fue operado por el mismo cirujano que Haendel
En 1750, la salud del compositor se debilitaba cada vez más, por lo que la familia Bach decide llamar al "célebre" cirujano John Taylor, que no resultó ser más que un charlatán. Operó dos veces a Johann Sebastian Bach, que tenía cataratas, pero sin éxito. Debilitado por las operaciones, Bach sucumbió seis meses más tarde.
En 1753, el supuesto médico operó también a Haendel con el mismo fracaso. La descripción de la operación permite comprender la suerte de los dos compositores: "Taylor (…) retira el cristalino del ojo introduciendo en la córnea a través del blanco del ojo un pequeño hierro puntiagudo de medio pie de largo".