La crisis de infraestructura en la enseñanza de Paraguay generó la búsqueda de alternativas “Les estamos dando una semana más de tiempo, para que se hagan bien las cosas, porque no se estaba terminando las reparaciones y no se pueden traer así a las criaturas”
Estas enérgicas palabras pertenecen a Mary Ortigoza, la abuela paraguaya de una niña que es alumna de la escuela Ignacio A. Pane, ubicada en Asunción, que en los últimos días se ha transformado en una especie de símbolo de la situación crítica que atraviesa Paraguay a nivel de infraestructura en la enseñanza.
Es que desde hace un tiempo un grupo de padres secundaros por esta abuela decidieron la ocupación de lugar ante la falta de respuesta del gobierno y los trascendidos que aparecieron en la prensa en cuanto a la situación deficiente del edificio del colegio señalando que “se podía derrumbar”.
“Acá los que están trabajando son tres padres, uno con su hijo, son cuatro personas, haciendo de todo, desde limpiar las cañerías, los depósitos, el desagüe, les están haciendo casi todos los trabajos”, aseguró esta ferviente abuela en cuanto a los esfuerzos de los padres ante los déficits en las medidas.
Debido a la situación generada se hizo necesario encontrar alguna alternativa y así fue como desde comienzos del mes de marzo más de 300 alumnos de esta escuela empezaron a tener clases en el tinglado de la parroquia San Pedro y San Pablo.
En este lugar, a pesar del calor y no ser un lugar con el objetivo en transformarse en un salón de clases, al menos los niños pueden continuar estudiando hasta que se encuentre alguna solución a los inconvenientes de la escuela.
Pero lo que sucede con este centro de estudio no es un hecho aislado. En los últimos días el Ministerio de Educación de Paraguay tuvo que clausurar más de 10 centros de estudios debido a las malas condiciones de los edificios. Y todo eso representa tan solo una muestra que ratifica lo establecido por un reciente estudio de la División de Educación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Oficina de Educación para América Latina y el Caribe (Orelac) de la Unesco.
Según lo que se desprende del informe, Paraguay es el país sudamericano con la peor infraestructura escolar, algo que se la adjudica a la mala planificación en la materia.
En base a este estudio, recoge Telesur, al menos un tercio de los alumnos pertenecientes a la educación básica asiste a escuelas donde no se cumple ni siquiera con la mitad de características de infraestructura aptas y que tiene que ver con agua y saneamiento, conexión a servicios; espacios pedagógicos o académicos; áreas de oficinas, espacios de uso múltiple y equipamiento de las aulas.
De esas categorías, entre el 21 y 24% de las escuelas paraguayas o bien solo cumplen con alguna de estas categorías básicas o no cuentan con ninguna de ellas.
En ese sentido, concluye de forma contundente el informe, que esta situación no tiene que ver directamente con la economía del país, sino lisa y llanamente con políticas públicas.
La crisis, no obstante, no es exclusiva de ese país sudamericano, sino que se reproduce también en otros países de la región, como advierte el propio informe en cuestión, que termina revelando grandes inequidades con respecto a esto en cuanto a estudiantes pertenecientes a familias de menores recursos o de zonas rurales en el continente.
En tanto, los padres de la escuela Ignacio A. Paine, al igual que la abuela Ortigoza, seguirán con sus reclamos y esperando paliar una situación que requiere de medias profundas, pues lo que le sucede a esta escuela queda demostrado que para nada es un hecho aislado.
Y en medio de este panorama aparece una vez más la parroquia –en este caso, por ejemplo, San Pedro y San Pablo de Asunción-, un lugar por lo general dispuesto y abierto a buscar alternativas en procura de darle mayor dignidad a las personas.