Un hombre murió en Río de Janeiro y se suma a las más de 100 muertes en Brasil por esta enfermedad En las últimas horas el gobierno de Río de Janeiro confirmó la muerte de Watila Santos, de 38 años, a causa de la fiebre amarilla, algo que terminó develando el total desconocimiento de la familia con respecto a esta enfermedad y del equipo médico que atendió a este hombre, indica la agencia EFE.
“Al principio sintió pinchazos en la cabeza, mucho dolor en la cabeza y fiebre muy alta. Entonces fue al médico y le dijeron que era una gripe, por lo que volvió a casa. Empezó a sentirse peor, llamó y llegaron los Bomberos para llevarlo al hospital. Sufrió un infarto y falleció”, expresó Camila Oliveira da Silva, su cuñada.
“No sabíamos que el mosquito estaba por aquí, no sabíamos nada”, agregó, al tiempo de las quejas por la falta de información con respecto a lo que le estaba pasando a su familiar.
Más allá de este drama particular en el sudeste de Brasil, la situación, que se dio en el municipio Casemiro de Abreu, genera un manto de incertidumbre que se expande no solo a este lugar, sino al resto de la región.
Las autoridades sanitarias también estudian otro caso sospechoso proveniente del mismo lugar de Río de Janeiro (el implicado es vecino de Watila), algo que ha incentivado el adelanto en este estado de la campaña de vacunación en varios municipios contra esta enfermedad y que antes estaba prevista para finales de marzo.
El caso cobra relevancia por tratarse de Río de Janeiro, el tercer estado más poblado de Brasil y un lugar sumamente visitado por turistas procedentes de todas partes del mundo.
En cuanto a la enfermedad que mantiene en vilo a la región, según la Organización Mundial de la Salud, la fiebre amarilla “se trata de una enfermedad vírica aguda, hemorrágica, transmitida por mosquitos infectados”.
La propia organización enfatiza que el virus es endémico en las zonas tropicales de África y América Latina, tal cual está sucediendo en Brasil. En el caso de este brote en el país sudamericano, según los investigadores, se trata del peor de las últimas décadas.
Desde hace tiempo lo que sucede con la fiebre amarilla preocupa y en otros estados como Minas Gerais, San Pablo y Espíritu Santo ya se confirmó la muerte de más de 100 personas. Pero la víctima de Río de Janeiro no había viajado en los últimos meses a ninguna de estas zonas.
Lo que acontece en Brasil también genera preocupación a otros países de la región, además de representar un fuerte llamado de precaución para todas aquellas personas que tengan pensando viajar a las zonas afectadas durante este tiempo.