¿Te quieres sentir bien? Mira los caminos ofrecidos en nombre de la ciencia y la fe
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La tecnología, los medios de comunicación, las redes sociales, el acceso a productos antes restringidos y lejanos, están transformando al individuo y a la sociedad. Las certezas de ayer se han vuelto “relativas”, las amistades y las relaciones, que antes eran sólidas, se han vuelto virtuales y flexibles.
Estas transformaciones traen consigo algunos problemas, como por ejemplo, que las personas se sientan solas en medio de cientos de amistades virtuales y las sonrisas en las fotos compartidas con frecuencia escondan una infelicidad en el interior del individuo.
Esta triste constatación se evidencia por las estadísticas que demuestran un aumento expresivo en los índices de depresión, trastornos de ansiedad entre otros.
Uno de los instrumentos que ayuda a las personas a superar sus dificultades existenciales, sus sufrimientos emocionales y sus conflictos interpersonales es la psicoterapia. Se trata de un método de tratamiento aplicado por profesionales capacitados, generalmente, psicólogos y psiquiatras, que tiene como objetivo restablecer el equilibrio psíquico del paciente por medio de un proceso de transformación interior.
Según Carl Jung, psiquiatra y psicoterapeuta fundador de la psicología analítica, que vivió a principios del siglo XX, el proceso de transformación promovido por la psicoterapia está compuesto de cuatro etapas: la confesión, la explicación, la educación y la transformación. Veamos cada una de ellas.
En la primera etapa –la confesión– el paciente revela todo lo que hasta entonces estaba oculto, verbalizando su condición, describiendo y compartiendo su dolor.
La segunda etapa – la explicación– muestra que al revelar lo que estaba oculto, el paciente empieza a entender sus sentimientos y a percibir sus emociones. El individuo comprende los motivos que lo llevaron al sufrimiento, reconociendo sus debilidades, sus verdades escondidas. Esta comprensión se llama insight.
En la tercera etapa –la educación– el paciente, conocedor de sus debilidades y comprendiendo de forma diferente sus emociones y sentimientos, se prepara para asumir una nueva actitud frente a la vida, enfrentando nuevos riesgos.
La cuarta etapa –la transformación– se da cuando existe un cambio efectivo en el interior del individuo o cambios. Él asume una postura diferente en relación a la vida.
La psicoterapia es un proceso de transformación que inicia con el conocimiento de sí mismo y el primer paso para ese proceso es la confesión. Pues según Jung el “secreto y las contención son daños, a los que la naturaleza reacciona, finalmente, por medio de la enfermedad”.
De esta forma, se puede decir que el papel de ayudar a las personas a encontrar su equilibrio emocional y psíquico, que hoy psicólogos y psiquiatras cumplen con maestría a través de la psicoterapia fue, a su manera, por muchos años, realizado sólo por la Iglesia a través del sacramento de la confesión.
Se confirman así las palabras de Jung en el libro La práctica de la psicoterapia: “El origen de cualquier tratamiento analítico del alma está en el modelo del sacramento de la confesión”.
La confesión secular, en la psicoterapia, y religiosa, en la Iglesia católica, sólo puede hacer bien –aunque en campos distintos– a quien la busca, pues perdonarse a sí mismo y a los demás trae beneficios al ser humano. Eso fue lo que reveló un estudio realizado por Loren Toussaint, publicado en el Journal of Health Psycology: después de oír a 148 adultos jóvenes concluyó que perdonar hace bien a la salud. Quien perdona fácilmente está menos sujeto al estrés o a otros problemas psíquicos que aquellos que tienen dificultades en perdonar.
Querido lector: ¿Te quieres sentir bien? Mira los caminos ofrecidos en nombre de la ciencia y la fe
Vanderlei de Lima es ermitaño en la diócesis de Amparo; Igor Precinoti es médico, post graduado en Medicina Intensiva (UTI), especialista en Infectología y doctorando en Clínica Médica por la USP.