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Recaudó dinero de sus clientes de la alta sociedad para apoyar a Elizabeth Ann Seton y sus huérfanos
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La Historia Negra en América del Norte nos ayuda a reconocer las contribuciones de muchos norteamericanos católicos negros.
Podemos honrar a personas como el padre Augustus Tolton. Nacido esclavo, él fue el primer afroamericano en ordenarse sacerdote en los Estados Unidos de América.
También son dignos de honra Henriette Delille, fundadora de las Hermanas de la Sagrada Familia; la madre Mathilda Beasley, que llegó a ser conocida como “la ídolo de los pobres”; Daniel Rudd, periodista católico negro que fundó el Congreso Nacional Católico Negro; y Elizabeth Mary Lange, que nació esclava y llegó a ser cofundadora de las Hermanas Oblatas de la Divina Providencia.
Otro eminente miembro de esta lista de honorables es el Venerable Pierre Touissaint.
Nacido esclavo
Pierre nació esclavo en Haití en 1766. Su amo, Monsieur Berard, había amasado una gran fortuna con el cultivo y la venta del azúcar.
Berard había bautizado a Pierre en la fe católica y también lo había educado, formando al muchacho como esclavo doméstico y ahorrándole la dura tarea destinada a los que trabajaban los campos de caña de azúcar.
A finales del siglo XVIII, las tensiones con la población esclavizada de Haití estaban aumentando, así que Berard, ya anciano, regresó a Francia.
Dejó a su hijo Jean Berard al cargo de la plantación. Sin embargo, la presión continuó creciendo entre los esclavos y Jean decidió que era momento de marchar también.
En 1787 su mujer y él se llevaron a cinco de sus esclavos, incluyendo a Pierre y a Rosalie, su hermana, y se mudaron todos a la ciudad de Nueva York.
Un gran peluquero en Nueva York
Jean se las arregló para que Pierre entrara como aprendiz en una peluquería. El joven se convirtió en un artista peluquero, con un estilismo que sobresalía en esta era en la que las mujeres adineradas apilaban en cabello capas de rizos y lazos.
La peluquería era un oficio que exigía tiempo y calidad, y pronto Pierre tendría más trabajo del que podía abarcar.
La decisión de Jean Berard de salir de Haití resultó ser la acertada. En 1793 los esclavos de Haití se sublevaron y Monsieur Berard se enteró de que su plantación había quedado reducida a cenizas.
Murió de consternación, probablemente de un ataque cardiaco, dejando a su mujer en una situación necesitada.
Pierre mantuvo a Madame Berard, trabajando casi 16 horas al día. Con el tiempo, ella se casó de nuevo, con un hombre también de Haití: Monsieur Nicolas.
Libertad
Ella le hizo prometer que si cualquier cosa le sucediera, él se aseguraría de que Pierre recibía su libertad. Cuando, en efecto, falleció, Nicolas mantuvo su promesa y liberó a Pierre.
Por entonces Pierre ya había ahorrado suficiente dinero como para pagar la libertad de su prometida, Juliette, y se casaron.
También consiguió comprar la libertad de su hermana, Rosalie. En esta época Pierre tenía cerca de 45 años.
Protector de los necesitados
Pierre Toussaint estaba entregado a la virtud teológica de la caridad. Cuidó de los enfermos e incluso los acogió en su casa, atendiéndoles hasta que recuperaban la salud.
Visitó áreas infectadas de enfermedades y plagas para llevar comida y ropa a los que sufrían. Incluso acudió en ayuda de los que habían sido abandonados por sus propias familias.
Ayudó a la madre Isabel Ana Bayley (futura santa, la primera de EE.UU., por cierto, que tenía por entonces un orfanato en la ciudad) a recaudar dinero de sus clientes ricos y donando también su propio dinero a la causa de santa Isabel.
Católico comprometido
En una época en la que ser católico podía ser peligroso, y doblemente peligroso para un hombre negro, Pierre asistió a misa diariamente durante 66 años.
Refugió a huérfanos, acogió a niños, les ayudó a ir a la escuela e incluso ayudó a algunos a conseguir sus primeros trabajos.
Durante una epidemia de cólera cruzó los límites de la cuarentena para ayudar a los enfermos, sin miramientos hacia su propio bienestar.
Uno de los grandes logros de Pierre Toussaint fue ayudar a la Iglesia a recaudar fondos para construir la primera Catedral de San Patricio en la calle Mulberry.
También suministró y recaudó dinero para la primera escuela católica para niños negros en San Vicente de Paul, en el bajo Manhattan.
Pierre Toussaint falleció el 30 de junio de 1857. Tenía 87 años. En 1991 fue declarado Siervo de Dios. Cinco años más tarde el papa Juan Pablo II lo declaró Venerable.
Fue la primera persona seglar honrada con el traslado de sus restos mortales a una cripta en la actual catedral de San Patricio de la Quinta Avenida, en el centro de Manhattan. Sus restos descansan en compañía de muchos príncipes de la Iglesia.
Venerable Pierre Toussaint, ruega por nosotros.