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¿Por qué los musulmanes no comen cerdo?

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María Angeles Corpas - publicado el 13/02/17
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El Corán, como la Biblia, recoge esta prohibiciónEsta prohibición responde, en primer lugar a razones religiosas. El consumo de cerdo está prohibido en el Corán. Partiendo de este hecho, podemos añadir una serie de argumentaciones que justifiquen o expliquen ese hecho, desde el contexto de la civilización en que surge el islam hasta motivos relacionados con la salud alimentaria o el equilibrio personal.

Ciertamente, esta pregunta es una de las más recurrentes respecto a las costumbres relativas a la religión musulmana. Nos sorprende que, en una cultura como la nuestra, donde vino y cerdo han formado una parte importante, sean alimentos prohibidos en la alimentación islámica.

Para un musulmán, el Corán es palabra increada de Dios. Por tanto, que el texto recoja una prohibición explícita, es razón primera y suficiente. Son al menos cuatro las ocasiones en que se indica:

Os ha prohibido sólo la carne mortecina, la sangre, la carne de cerdo y la de todo animal sobre el que se haya invocado un nombre diferente del de Dios” (Qur. 2:173, 5:3, 6:145, 16:115).

Sin embargo, en Qur. 2:173, se añade que sólo se permitirá ingerir estos alimentos en caso de absoluta necesidad, cuando la propia vida depende de ello:

“Pero quien se vea compelido por la necesidad –no por el deseo o por el afán de contravenir– no peca. Dios es indulgente, misericordioso”.

Insistimos. Estas indicaciones son suficientes para que un musulmán considere el cerdo como prohibido. Sin embargo, hay quienes han tratado de indagar más allá, en un afán por comprender qué podía motivar la prohibición.

De este modo, hay quienes refuerzan estos versículos del Corán con otros, relacionados con el castigo que Dios envió a un pueblo desobediente, transformándolos en monos y cerdos, especies que quedan así “malditas” (Qur. 5:60).

A esta prohibición religiosa explicitada por Dios hay quienes unen el hecho cultural y de civilización. El Islam nace en un contexto donde la prohibición de comer cerdo, su imagen de impureza, no es ajena. Y por tanto, no resultaría extraño que el Corán lo indicara también para los musulmanes.

En este sentido, la Biblia recoge tal prohibición para el pueblo judío. No sólo de comer su carne, sino como ofrenda en sacrificio: Lev 11,7; Dt 14, 8; Is 55,4 y 66,17.

Para los Macabeos (siglo II AC) no comer cerdo fue una cuestión de vida o muerte: 1Mac 1, 47; 2Mac 5, 18-31; 2Mac 7, 1-42. En los Evangelios también aparece la imagen del cerdo como símbolo de degradación e impureza ( Lc 15, 16 el “hijo pródigo”, Mt 8, 28)

Junto a ello, existen estudios científicos sobre la calidad de la carne de cerdo y sus consecuencias negativas para la salud. Trabajos que suelen ser bien acogidos por entornos musulmanes, dado que ofrecen una explicación humana satisfactoria a un mandato divino. Entre ellos, podemos citar los estudios del doctor Dr. Hans Heinrich Reckeweg, homeópata, fundador de la Homotoxicología, o el Dr. E. A. Widmer.

Finamente, debemos insistir en que tales argumentos sólo pueden entenderse como un apoyo que trata de razonar una prohibición que en primera instancia es religiosa, no científica.

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