Se le llama la "Lourdes de África". En Kibeho, pequeña localidad del sur de Ruanda, entre 1981 y 1989 la Virgen se apareció a tres jóvenes estudiantes del colegio de la ciudad: Alphonsine, Nathalie y Marie-Claire.
Es la primera aparición de la Virgen en África reconocida por la Iglesia.
El mensaje que da en Kibeho resuena en todo el mundo y es una llamada urgente al arrepentimiento, a la conversión y a la oración:
La "Madre del Verbo"
Alphonsine fue la primera en ver a la Virgen. Era el 28 de noviembre de 1981, tenía 16 años. La Virgen se presentó a ella como la "Madre del Verbo".
Tras algunos meses marcados por la incredulidad y la mofa, la Virgen se apareció también a Nathalie y Marie-Claire.
En unas visiones, la Virgen aparecía sonriente e invitaba a los hombres a amarla como madre pendiente de sus hijos, (“No hay que tener miedo de la mamá").
Visiones terribles
La aparición más conocida es la del 15 de agosto de 1982, en la que la Virgen se mostró en lágrimas.
La visión duró casi ocho horas, en las que las videntes por turnos tuvieron visiones de masacres terribles.
Las chicas vieron "un río de sangre, personas que se matan recíprocamente, cadáveres abandonados sin que nadie los entierre, un árbol todo de fuego, un abismo abierto, un monstruo, cabezas decapitadas". También el infierno, el Purgatorio y el Paraíso.
Una profecía, resultará más tarde, del genocidio de Ruanda entre 1994 y 1995: más de 800 mil muertos incluyendo a una de las videntes, Marie-Claire.
Remedio: meditar sobre los sufrimientos de Jesús y María
La Virgen quiso dar a los hombres la ayuda y los medios para no caer en el abismo excavado por el pecado, renunciando al mal y cambiando de vida.
La Virgen enseñó a Marie-Claire la Corona de los Siete Dolores y le encomendó la tarea de difundirla.
La Corona se reza diciendo 5 veces el Padrenuestro, siete Avemarías y la jaculatoria:
A Nathalie, la Virgen le hablaba a menudo del valor del dolor en la vida cristiana, sobre todo si es ofrecido a Dios por la salvación de los pecadores.
Solo Alphonsine siguió teniendo visiones, el 28 de noviembre de cada año, hasta 1989.
En la última aparición la Virgen le habló así:
En el lugar de las apariciones fue construida una capilla, como lo pidió la Virgen, que hoy es un santuario dedicado a "Nuestra Señora de los Dolores".
En 2001, el Vaticano se expresó a favor de las apariciones.