Antes de que santa Teresita de Lisieux escribiera su autobiografía Historia de un alma, que cautivó a millones de personas de todo el mundo, Teresa tuvo una “primera discípula” en su famoso “caminito”: su propia hermana, Leonia.
Sin embargo, seguir el “caminito” de Teresa no fue “todo rosas” para Leonia. Desde los mismos comienzos de su vida, Leonia tuvo que superar numerosos obstáculos e incluso su madre la consideraba una “niña problemática”.
¿Quién fue Leonia?
Leonia era la hija mediana y, mientras que sus otras hermanas eran sanas y hermosas, ella era difícil, poco atractiva y enfermiza. A una pronta edad sufrió un problema grave de eczema que le cubrió todo su cuerpo y que no desapareció hasta después de su segundo cumpleaños.
Conforme crecía, la salud de Leonia fue mejorando, pero sus constantes rabietas y su pobre capacidad intelectual preocupaban a su madre. Celia escribió sobre ella diciendo: “La pobrecilla me preocupa; es de una naturaleza muy indisciplinada y es mentalmente subdesarrollada”. Algunos creen que Leonia podía haber tenido cierta forma de autismo.
Fue expulsada de la escuela en múltiples ocasiones por ser rebelde y perturbadora. Costó mucho esfuerzo hasta que la hermana de Celia (que era hermana de la Visitación) descubrió cómo educar a la joven.
“Como sabe, la pobre tiene muchos defectos (…). [Al principio,] le regañaba cada vez que hacía algo mal (…). La estaba haciendo infeliz (…). Quería ser la Providencia de Dios para ella, así que dejé de regañarle y empecé a ser muy amable con ella, a decirle que veía que ella quería ser buena (…) y que tenía fe en ella. Esto tuvo un efecto mágico, no solo temporal, sino duradero; ahora me parece una niña cariñosa y obediente”.
Sin embargo, esto no duró mucho y siguió teniendo problemas en el colegio, así que sus repetidos arrebatos forzaron a Celia a traerla de vuelta a casa. Una vez en el hogar los problemas de Leonia continuaban, pero entonces se descubrió que una de las sirvientas había estado abusando física y verbalmente de la niña. La sirvienta fue despedida y Leonia empezó a mejorar una vez más.
Inspiradora perseverancia
Después de la muerte de su madre, Leonia fue enviada a otra escuela internado y mejoró en sus estudios. Entonces sus hermanas empezaron a entrar en la vida religiosa y Leonia también deseaba dedicar su vida a Dios. Esto también traería múltiples obstáculos y Leonia entró en varias comunidades antes de encontrar su lugar en el monasterio de la Visitación de Caen.
Durante todas sus dificultades con la vida religiosa y la inestable salud de su padre, Teresa escribía a Leonia y le aconsejaba, le enseñaba su “caminito”.Leonia admiraba tanto a su hermana que tomó su nombre cuando por fin asumió sus votos, convirtiéndose así en sor Francisca Teresa.
Aunque no es tan conocida como su hermana, la historia de Leonia es inspiradora y su perseverancia a través de tantísimas dificultades es un ejemplo para todos nosotros.
Después de la declaración de “venerable” de Leonia, la diócesis planea presentar tres curaciones inexplicables al Vaticano para una mayor revisión, con la confianza de que se conviertan en los milagros que impulsen a Leonia hasta su beatificación y canonización.
Continúa el proceso de beatificación
El sábado 21 de enero de 2017, Jean-Claude Boulanger, obispo de la diócesis francesa de Bayeux-Lisieux, celebró una misa para conmemorar el traslado del cuerpo de la sierva de Dios Leonia Martin, de la cripta del monasterio de la Visitación a una nueva capilla lateral en la iglesia. Este traslado forma parte del proceso de canonización de Leonia, facilitando a los peregrinos que visitan el monasterio las oraciones por su intercesión.
Dos años después, el sábado 22 de febrero de 2020, el mismo Monseñor Jean-Claude Boulanger presidió en la capilla del Monasterio de la Visitación de Caen la celebración de clausura de la investigación diocesana sobre el proceso de beatificación y canonización.
El 3 de febrero de 2021, la Congregación para las Causas de los Santos reconoció la validez del juicio diocesano de la Sierva de Dios, Leonia Martin. El examen de sus virtudes podría permitirle ser declarada venerable, un nuevo paso en el camino hacia el proceso de Beatificación y Canonización.











