La importancia de los últimos días
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Los cuidados paliativos son un elemento del que no tantos quieren hablar. Si la muerte sigue siendo un tabú, el momento de la despedida de un ser querido sigue siendo algo evitado en toda conversación humana. Hasta que llega el momento de vivirlo.
La Fundación Instituto San José de los Hermanos de San Juan de Dios lleva años trabajando en su hospital de Madrid en esta realidad. Son conscientes de la importancia de humanizar la hospitalización y los cuidados paliativos.
“En la Unidad de Cuidados Paliativos se viven situaciones de pérdida y de tristeza constantemente, el objetivo del equipo es compensar dicha situación en la manera de lo posible”, explica Rubén López Garrido, del Área de Solidaridad y responsable de voluntariado.
Llevan años trabajando con enfermos de cáncer o SIDA, con pacientes con enfermedades neurodegenerativas o enfermedades terminales que no son susceptibles de un tratamiento activo específico: quimioterapia, radioterapia, diálisis,… Se trata de pacientes con un pronóstico vital limitado en el tiempo. Se mueren.
Desde el Hospital San José quieren que la despedida sea lo más humana y menos traumática posible para el paciente y sus familiares.
Al servicio de médicos, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros, fisioterapeutas, voluntarios y servicio de atención espiritual y religiosa, ahora quieren añadir un pequeño granito de arena, un espacio importante para los pacientes y familiares: la creación de un pequeño huerto.
Quieren decorar la unidad con elementos de vida, elementos de la naturaleza y con un huerto-jardín terapéutico que “además de generar un ambiente agradable, dé un sentido al día a día de la estancia de los pacientes y sus familias”, explica Rubén López Garrido.
“La decoración con vinilos o cuadros de grandes dimensiones en los pasillos de la unidad evocará a otros espacios y no se centrarán tanto en estar en un hospital sino que generaremos un estado positivo de la mente”, añade el responsable del Área de Solidaridad.
“El huerto–jardín tiene un sentido simbólico muy potente, será un espacio de creación, de vida y de belleza, creado por todos aquellos que están en la unidad, será una forma de dejar un legado de vida a las siguientes personas, que por desgracia, pasarán por la unidad”.
Desde la Unidad de Cuidados Paliativos se trabaja en tres grandes dimensiones: longitud, anchura y profundidad:
- Longitud: Deben abarcar desde el momento del diagnóstico de una enfermedad no curable hasta más allá del fallecimiento del paciente.
- Anchura: Deben procurar cuidados al enfermo, a sus cuidadores y/o familia y al equipo terapéutico que le atiende.
- Profundidad: Deben responder a la globalidad del individuo, quien presenta necesidades físicas, psicológicas, sociales, funcionales y espirituales.
Con la creación de este huerto, para la que están pidiendo ayuda y donaciones, se aportará mayor calidad de vida y autoestima a los pacientes que están en la etapa final de su vida. Los pacientes y sus familias tienen la oportunidad de poder seguir creando y aportando a sus semejantes un granito de arena que pueda hacer sobrellevar la situación de duelo mejor.