Dejarse puede ser devastador. Aquí algunas sugerencias para afrontar este difícil momento
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Un pijama, un contenedor entero de helado y un maratón de comedias sentimentales: este es el estereotipo del comportamiento que se tiene cuando una relación termina mal. Todos lo hemos pasado, ¿no? Pero aunque estas cosas alivien al principio, no lograrán curar las heridas interiores. Cuando nos sentimos mal es importante poner orden en nuestro interior, aunque lo único que nos apetezca sea olvidarnos del mundo y ver una y otra vez Notting Hill.
Pero poner orden en nuestro interior no es fácil. No lo es tampoco en los días de felicidad, y podría hacer falta ayuda. Así que hemos pedido el parecer de algunos expertos de confianza: Suzanne Fisher, un ministro interconfesional de Richmond (Virginia); David Routt, consultor profesional y laico comprometido en su parroquia de Caldwell (Idaho); y Audrey Hope, director espiritual en Los Angeles. Sus respuestas pueden ayudar a superar de manera sana este dolor.
1. Pregunta por qué a la persona en cuestión, y considera lo que has aprendido
Cuando se tienen mariposas en el estómago no se reflexiona bien, ¡el enamoramiento es demasiado absorbente! Pero ahora que has vuelto a este planeta, deberías tomarte un tiempo para elaborar lo que has vivido en la relación. No importa como y por qué termina una relación, de ella siempre puedes aprender cosas sobre ti mismo.
Fisher sostiene que uno de los pasos más importantes tras una ruptura es sobre todo reflexionar por qué esta relación en concreto ha sido tan significativa. La atracción no es algo casual: tu tomaste la decisión de salir con esa persona, en base a diversos factores. Piensa en las razones profundas que te hicieron sentir atraído por esa persona: ¿por qué quisiste esa relación? ¿Ha habido algo dentro de ti que esa persona supo curar o un vacío que logró colmar? Ahora que ya no están juntos, ¿qué falta a tu vida emotiva y espiritual?
“La Tierra es una continua escuela, estamos aquí para aprender y para crecer. Aunque a veces las lecciones son tan difíciles que querríamos que fuese solo ‘recreación’”, añade Fisher. Toda relacion terminada puede decirnos algo sobre nosotros mismos, porque “tendemos a atraer a nuestra vida a aquellos que nos ayudan a comprender mejor lo que debemos aprender”.
Prueba a escribir tus pensamientos. O bien, si eso no te ayuda a encontrar respuestas, lee un buen libro sobre el tema.
“Para interrumpir el círculo vicioso de las relaciones equivocadas, a veces puede ayudar el comprender de dónde viene nuestro deseo de iniciar tales tipos de relación”, sostiene Routt. “Tendemos a atraer determinadas tipologías de relaciones”.
Estas preguntas te ayudarán a comprender qué tipo de relación sentimental tiendes a atraer. ¿Son sanas? ¿Hay un motivo por el que estas relaciones se interrumpen? Comprendiendo con qué tipo de persona tiendes a salir, podrás reconocer aquellos con los eres más compatible, e incluso las señales de alarma de una relación que no irá muy lejos.
“Teniendo claras estas cosas, se puede elegir entre mantener el status quo, o bien buscar algo nuevo”, explica Routt.
En pocas palabras, se trata de comprender si tu ex tenía determinadas cualidades que buscarías en la próxima relación, y también cuales no te gustaría que tuviera.
2. Piensa en cómo poder crecer
Reflexionando en lo dicho hasta ahora, seguramente te hayas dado cuenta (o recuerdes) de cuáles son tus defectos, de cómo esta relación te ha dañado y del papel que has tenido en su terminación. Seguramente mereces amor, prescindiendo de los errores que hayas podido cometer, pero esto no significa que no debas hacer lo máximo por mejorar.
“Examínate a ti mismo, intenta entender qué daños ha producido la relación a tu persona, y decide cómo sanarlos”, aconseja Fisher. “Mírate a ti mismo con total sinceridad y toma la decisión de crecer, sobre todo en esas áreas que han contribuido al final de la relación”.
La clave es la honestidad, aunque haga daño. También es necesario dar gracias por este periodo doloroso, porque sin él no podrías examinarte a ti mismo y plantearte estas preguntas.
“Los problemas del corazón ofrecen siempre una inmejorable oportunidad de cambio”, añade Hope. “Sé agradecido por la confusión que estás viviendo, porque se ha manifestado lo que estaba escondido en el inconsciente. Se han revelado áreas en las que necesitas curación interior. Las relaciones son un espejo: reflejan lo que debemos cambiar en nosotros”.
3. Abrázate a Dios
No estás solo en esta fase delicada. Prescindiendo de cuanto estás sufriendo, sepas que Uno te ama.
“Reconcíliate con Dios, y pídele ayuda para ser curado. Cuando las personas están afligidas, tienden a alejarse de Dios”, explica Fisher.
No pierdas la fe, creyendo que Dios te está castigando.
“Sepas que todo lo que necesitas llegará, espiritualmente hablando, cuando te rindas a Él”, añade Hope. “La ley de la atracción nos muestra que todo lo que debemos aprender vendrá a llamar a nuestra puerta, sin esfuerzo alguno. Si Le permitimos actuar, sabremos que tenemos todo lo que necesitamos en este momento específico. Tener esta conciencia te hará darte cuenta de que el universo está de tu parte y quiere lo mejor para ti. Con el tiempo manifestamos nuestros problemas, comprendiendo qué necesitamos para curar”.
Por tanto, ten fe, confía en Dios y reza para que tu mente tenga paz mientras sigues examinándote a ti mismo.
4. Ámate a ti mismo
“El amor es una oportunidad inmensa para conocerte a ti mismo, y amarte a ti mismo es la clave para encontrar el verdadero amor”, afirma Hope.
Al analizar esta verdad, tómate tiempo para amarte a ti mismo. Este proceso no tiene nada que ver con flagelarte. Apréciate a ti mismo y cuídate. Es fundamental. Diviértete y descubre nuevos pasatiempos.
“Actúa de modo que aprecies el estar sin pareja”, sugiere Routt. “Sé que parece imposible porque estás lleno de pensamientos y sentimientos descontrolados, pero los actos son lo más fácil de controlar. Piensa en lo que harías si te sintieras ‘bien’ tras terminar esa relación”.
Routt sugiere probar cosas que durante la relación hubieras querido hacer pero nunca pudiste, quizás porque tu pareja no te lo permitió. En otras palabras, ¡sé productivo! Dedícate al croché, inscríbete a un curso de tiro con arco, licénciate, haz voluntariado.
“Actuar de forma sana tendrá consecuencias positivas en tus sentimientos y tus pensamientos”, explica Routt.
5. Únete a la “tribu”
Asegúrate de que, mientras atraviesas este proceso de reflexión y de amor hacia ti mismo, también tengas tiempo para tus amigos más íntimos y tus parientes cercanos. No te aísles, aunque esta sea una tentación muy fuerte. Divertirse con los amigos y parientes, además de ofrecer un gran apoyo, te ayuda a evitar comportamientos dañinos. ¡Demasiados ojos te vigilan!
“Una de las maneras de realizarse en la vida es vivir a los demás, a través de las relaciones”, declara Routt. “Si acabas de concluir una relación sentimental, quizás no es la hora de lanzarte a otra relación parecida. Pero construir una relación con las personas a las que quieres (tu familia, los amigos, Dios) es una manera óptima de utilizar el tiempo. Tiempo de calidad transcurrido con estas personas les hará ver el afecto que sientes por ellas, y a ti te dará un objetivo”.
Llama a tus viejos amigos o tómate un café con tu hermana, aunque lo que te apetezca sea estar en la cama todo el día. Un poco de contacto humano te recordará que tienes muchos seres queridos en el mundo, además de tu pareja.
6. Prepárate para un nuevo amor
Antes o después querrás amar de nuevo. Y lo harás. Tras haber reflexionado, haber dedicado tiempo a cuidarte un poco, probado actividades nuevas o retomado viejas aficiones, y apreciar el apoyo de tus amigos y familiares, te sentirás preparado para una nueva relación.
“Cada relación frustrada nos prepara para la siguiente”, concluye Hope. “Nuestras experiencias nos enseñan mucho. Si sabemos aprovechar estas lecciones, podemos hacernos más fuertes, nos ayuda a ser lo que queremos lograr, permitiéndonos manifestar amor verdadero”.
Siempre podemos curarnos, aunque nos hayamos dejado de forma dolorosa. El amor encontrará la manera de alcanzarnos de nuevo. Sólo debemos abrirnos a él.
