“Creo en un Dios. Y creo que ese Dios nos llama para que nosotros podamos construir un mundo mejor. Y yo lucho para sentir que ese llamado lo contesto con seriedad. Y cuando no lo siento, no es que se pierde él, la que se pierde soy yo, por eso lucho”.
Estas palabras pertenecen a María Josefa Coronel, una mujer de 50 años que recibió recientemente un reconocimiento de parte de las autoridades locales de Guayaquil (Ecuador), en el marco de los 196 de la independencia de la ciudad, por su labor en defensa de las libertades públicas, además de su rol destacado en medios de comunicación, principalmente con su trabajo vinculado a Teleamazonas de Guayaquil.
María Josefa es abogada, licenciada en ciencias políticas y periodista. Precisamente, en los últimos años cobró mayor notoriedad por su rol interpelante hacia los que están en el poder. Aunque el comienzo de su fama viene desde mucho antes gracias a su participación en un programa de televisión de Ecuavisa donde contestaba a la audiencia sobre cuestiones legales.
“Nunca he sido una mujer política. Me parece que si uno cruza la línea se va a corromper. La he visto de cerca, porque cuando usted entrevista a políticos o cuando está muy cerca de políticos, percibe la línea en la que se dan cosas con las que no va a estar de acuerdo nunca”, expresó en diálogo con El Universo de Guayaquil.
María Josefa supo desempeñar cargos públicos y conoce los avatares de la política. Fue directora del Registro Civil Municipal de Guayaquil. “El servidor público se ha olvidado que es un servidor, que su sueldo se lo pago yo con mis impuestos. Hay como una especie de equivocación, de victimización”, expresa.
Pero más allá de la coraza de mujer dura y bien parada antes los diversos problemas sociales que tiene que defender y denunciar dentro de sus espacios, tanto desde la política como desde los medios de comunicación, María Josefa demostró que su valentía también se manifiesta a nivel privado y personal.
Hace unos años fue diagnosticada con cáncer, un linfoma con de células T. Cuando se enteró de la noticia quedó congelada y asombrada, pues hasta el momento llevaba una vida saludable y preocupada por la salud. Actualmente está en observación, pero le tuvieron que hacer un trasplante de médula, además de someterla a quimioterapia. Ahora resta esperar unos cinco años para saber si logra superar la enfermedad.
Estos acontecimientos no la amedrentaron, la hicieron seguir peleando por sus ideales y continuar pensando en su comunidad. Entre sus principales preocupaciones se encuentran las olas migratorias, la problemática de la droga que afecta a los jóvenes y otros aspectos sanitarios.
María Josefa cree en la democracia, la libertad y la solidaridad. Y por todas estas cosas es que seguirá luchando hasta el fin por un mundo mejor. Su trabajo obtuvo reconocimiento, un premio también otorgado a su determinación y valentía tanto en la salud como en la enfermedad.
Hoy celebramos a...