No sólo el alcohol o la carne de cerdo: también jugar a la lotería, robar, fumar, especular con el dinero…
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En el Islam, el término haram se refiere a todo acto prohibido por motivos religiosos. De modo amplio tiene una doble acepción. De un lado, se refiere a lo ilícito por su impureza (alcohol, cerdo, juegos de azar, fornicación, etc.). De otro, a lo que es sagrado e inviolable y que queda prohibido para el profano (visitar los santos lugares o la del matrimonio con determinados parientes).
Por tanto, lo haram se refiere a aspectos muy variados, desde el comportamiento moral a la alimentación, las diversiones, el vestido, la estética, la liturgia o la economía. Dentro de los actos haram se incluye el homicidio, el robo, el falso testimonio, la difamación y la usura.
Respecto a prohibiciones alimentarias, están indicadas en el Corán. Especialmente en Q 5:3 se refiere al consumo de toda carne o sangre de cerdo, la de un animal asfixiado, muerto a palos o parcialmente devorado por las fieras. Esta carne se considera impura. E incluso, muchos musulmanes no comen carne de animales lícitos que no hayan sido sacrificados según se establece: degollados ritualmente.
Respecto al vino el Corán lo define como un pecado (Q. 2:219) y una abominación (Q. 5:90). Por tanto, los musulmanes tienen prohibido el consumo de bebidas alcohólicas. Actualmente, las prohibiones alimentarias se han extendido a una gran variedad de aditivos y conservantes que proceden de animales (gelatinas, glicerina animal, piel de vaca, grasa de pez, huesos de animales, etc.)
Respecto a las prohibiciones lúdicas, especialmente los juegos de azar, loterías o sorteos, provienen también del Corán. En Q. 5:3, 90 se les considera como una perversidad. Las restricciones estéticas vienen regidas por las reglas de la decencia y el pudor exigido en la vida social. Aunque están especialmente orientadas a la mujer, también existen indicaciones para el hombre: Q. 24:27-31, 58-60; 33: 53-59.
En el campo estético, lo haram viene determinado por la tradición teológica, que sólo reserva a Dios el poder de crear y modelar. Muy relacionado con la iconoclastia, el Islam prohíbe toda pintura y escultura que reproduciendo a l ser humano, tratase de competir con Dios mismo. Especialmente aquellos que traten de reproducir los rasgos de los profetas. Aunque la decoración mural y los grabados se toleran. Por tanto, el arte islámico se ha centrado más en el arte abstracto.
Las prohibiciones litúrgicas incluyen las reglas de la purificación, el ayuno en Ramadán y la disciplina estricta en la vestimenta usada en la peregrinación a La Meca. A ello se suman el abstenerse de beber, fumar, observar la continencia sexual y todo cuidado personal superfluo. En economía, se tenderá a evitar toda usura (Q. 2:275) y todo riesgo en los intercambios. Quienes observan estrictamente estas prohibiciones rechazarán contratos o actividades basadas exclusivamente en la especulación.
Por último, la prohibiciones geográficas se aplican especialmente a los no musulmanes, que no pueden entrar en las ciudades santas de Medica y Meca. En ellas, incuso los peregrinos tienen prohibidos el pastoreo o la caza.
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