El futuro de Aleteia depende de la generosidad de sus lectores.
Para garantizar que Aleteia siga siendo y para difundir la esperanza,
haz una donación a Aleteia
La fe católica es parte del ADN cultural, de la identidad de su gente, del alma de Puerto Rico. Por más de cien años los hijos e hijas de esta isla invadida han protegido su cultura e identidad confiándose con devoción a la protección de la Santísima Virgen María, quien se ha hecho presente, actuante, en los momentos cruciales de su historia.
Con este sello trascendente fueron formados Damaritza y Juan, dos “boricuas” que lejos de la propia tierra comprenderían la importancia de la fe heredada de sus padres…
Dios alimenta la fe
Transcurrían los años ochenta, eran jóvenes, estaban enamorados. Aunque algo ingenuos y bombardeados por el relativismo de una sociedad que les sugería dar rienda suelta a sus impulsos, la semilla de la fe había sido bien plantada en sus almas…
“A pesar de las muchas distracciones, tentaciones, las decadentes vertientes morales y las dificultades familiares que veíamos a nuestro alrededor, Dios en su amor y misericordia nos guiaba y mantenía cerca de sí por medio de hechos concretos, pequeños pero significativos”, comenta Juan Ortiz a la revista The Word Among Us.
Fue Damaritza quien invitó a Juan a participar en un grupo de formación juvenil parroquial y luego en actividades pastorales, hasta formar una red de amistades sólida.
“Por seis años y medio Damaritza y yo fuimos novios –recuerda Juan-, manteniéndonos fieles el uno al otro y castos hasta nuestra boda efectuada el 14 de julio de 1990… Luego de haber luchado por mantener al Señor en la vida de cada uno por tantos años mientras éramos solteros, ahora sólo deseábamos hacer lo mismo mientras establecíamos la familia propia. Sin embargo, pronto nuestra fe y convicción serían probadas por Dios”.