“Aprendí que el amor a Dios debe llegar a todos”, dice el protagonista El padre Wagner Ruivo estaba oficiando la misa en la parroquia São José Operário (San Pablo, Brasil) cuando ocurrió algo que rápidamente le dio notoriedad. Un perro callejero ingresó al templo y se acercó al altar ante la atónita mirada de los feligreses que observaban el episodio desde los bancos.
A algunos les resultó gracioso, mientras que otros miraban con recelo. Sin embargo, la actitud de Wagner, lejos del repudio, mereció hasta el rápido aplauso de los defensores de los animales cuando la historia se hizo pública en redes sociales.
El padre Wagner acarició al animal y le dio una bendición. Luego, al momento de explicar su gesto, señaló: “Aprendí que el amor de Dios debe llegar a todos. Sí. A todos”.
“Nunca lo había visto por el barrio, creo que debe tener dueño porque su pelo estaba suave y tenía un olor a shampoo, pero si reaparece de nuevo, sin duda será un parroquiano más”, aseguró posteriormente, en declaraciones que reproduce el portal Schnauzl.com, un sitio dedicado a explicar la realidad del mundo animal.
Sonidos extraños en una catedral
El gesto de Wagner sucedió hace un tiempo, pero se mantiene vigente pues este domingo se celebra el Día Internacional del Animal sin Hogar.
Y para la Catedral Metropolitana de Guayaquil (Ecuador) no es un día más. Como hace ya nueve años recibe a unos visitantes particulares. Ladridos, maullidos, entre otros, le darán a la misa un tono diferente, pues estará dedicada a la bendición de mascotas.
El encuentro se lleva a cabo a instancias del Portal Animalista San Francisco de Asís que invita a los feligreses a acudir con sus mascotas para que sean bendecidas con el propósito concienciar a la sociedad sobre el cuidado de los animales y fomentar la adopción de aquellos que no tienen hogar, indica El Universo.
Pero la costumbre de bendecir a las mascotas no es algo para nada novedoso. En muchos países del mundo suele suceder que por las iglesias desfile un sinfín de animales y mascotas cada 17 de enero con motivo de la fiesta de San Antonio Abad, conocido popularmente como “San Antón” y reconocido, entre otras, como patrón de los animales domésticos.
Aquel gesto de Wagner en Brasil llamó mucho la atención en su momento, pero no fue un hecho aislado por más que para muchos haya parecido extraño y curioso. Pero el amor de Dios debe llegar a todos, como recuerda el propio Wagner. Lo que sucede en Ecuador, así como lo que es tradición en otras partes del mundo, no deja de ser nada más ni nada menos que un fiel reflejo de esta afirmación.
Foto en portada ilustrativa