Cuidar la salud de otros sin esperar nada a cambio
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
La localidad se llama Mahates, aunque los principales beneficiarios están en un lugar denominado el Palenquito, y está a pocos kilómetros de la afamada zona turística de Cartagena de Indias en Colombia.
La vida en el pueblo suele ser tranquila, pero además de las tradicionales fiestas patronales de San Roque, los lugareños suelen conmoverse con otro de los acontecimientos que sacuden la rutina.
Es que una vez por año la llegada de la Brigada de Salud Amigos de Palanquito deja su huella.
Se trata de un evento de servicio humanitario que se desarrolla hace 19 años y que encabeza el doctor José Altahona Escorcia, médico general egresado de la Universidad Estatal de Guayaquil (Ecuador) especializado en Salud Ocupacional, indica El Universal de Colombia.
Profesionales de la salud de todas las especialidades suelen aterrizar en el lugar con el fin de atender de forma gratuita a centenares de habitantes del lugar. Además, reciben sin costo alguna las medicinas que estos médicos recetan.
Se trata de una verdadera movilización humana que incluso tiene eco en algunas de las zonas aledañas.
Afamados neurocirujanos, pediatras, neonatólogos,… no importa la especialidad. El único espíritu que impera es el de favorecer a los más desprotegidos tal cual lo confirma en diálogo con El Universal el neurólogo Rubén Sabogal.
“Estoy muy contento de estar cumpliendo con el sagrado deber de apoyar a las comunidades más desprotegidas, esta jornada ha sido fantástica; en neurocirugía atendimos a 25 pacientes, lo cual es muy satisfactorio porque siempre hemos estado apoyando al doctor Altahona en sus actividades humanitarias con la Fundación Amigos de Palenquito”.
Por su parte, el destacado pediatra colombiano Hernando Tomé, que acudió por primera vez a este servicio, no dejar de maravillarse.
“No solo hay salud, también cultura y diversión; es la primera vez que vengo, y no faltaré a ninguna más, me uno por completo al doctor Altahona, porque es una persona muy valiosa para nuestra sociedad, y merece el apoyo de todos los médicos y de todo el personal que conforma el área de la salud”.
Un compromiso con Don Dionisio
Pero el verdadero protagonista de esta historia es José Altahona, quien gracias a la ayuda que está brindando a los pobladores del Palenquito se ha ganado el cariño unánime.
Y lo hace por un compromiso con su ya fallecido padre Dionisio Altahona.
“Yo era niño y mi papá compraba maíz y arroz en esta zona de Palenquito, y me llevaba con él, entonces le decía a la gente que cuando yo estuviera grande, iba a ser médico y vendría a atenderlos gratuitamente a todos ellos. En esa región nunca hubo médico, y todavía hoy no existe centro de salud, solo hay en Mahates y Malagana”, señaló.
“Mis colegas están asombrados con esta labor conjunta de atención gratuita que estamos haciendo, eso es muy estimulante, estoy muy agradecido con ellos por tanto apoyo para esta causa social, como también con mi esposa Katia Acosta Gaviria y mi madre María Eulalia Escorcia, que siempre han estado conmigo en todas estas ocurrencias”, agrega.
La tarea de este médico es por demás noble y en ese sentido queda de manifiesto a través del respaldo que le han dado colegas, familiares y amigos.
Volver a las raíces y acordarse de los más desfavorecidos es algo que le ha permitido convertirse en una especie de guardián, un médico que cuida a su gente. Dar cariño y atención a cambio de nada. El compromiso con su padre quedó por demás cumplido.
Y como dijo en alguna oportunidad hace unos años en una entrevista anterior: “Hasta que Dios me tenga vivo estaré ayudando a la gente”.