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El Obispo que no se olvida de San Cayetano, y hoy tiene trabajo como nadie

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Esteban Pittaro - publicado el 07/08/16
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Interminables colas hoy en Buenos Aires para ver al santo

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Hacer la fila para ingresar temprano en el santuario de San Cayetano en Liniers, para besar y saludar a la imagen del santo, no tiene que ver con un deseo de cumplir con una promesa rápido y librar el día. Tampoco se entiende sólo desde el sacrificio que supone pasar madrugadas de las más frías del año en la calle, e incluso desde días antes. Es sacrificio por agradecimiento o petición, pero es mucho más. Es un acontecimiento absolutamente enraizado en la cultura religiosa de Buenos Aires, replicado en distintas partes de la Argentina.

Consciente de lo que significaba esto para el pueblo argentino, el obispo hacía la fila desde las seis de la mañana. Se sumaba a la altura del Estadio José Amalfitani, de Vélez, a unos seis kilómetros del santuario. Como uno más. Y abrigado como uno más, pasaba desapercibido, mientras avanzaba la fila a veces a paso de tortuga. Los seminaristas lo reconocían mientras repartían maté cocido a los fieles para combatir las noches. Hoy varios de ellos sacerdotes, perpetúan la anécdota que los inspira a imitar sus pasos. Ese obispo que caminaba para agradecer o pedir a San Cayetano, e incluso luego celebraba la Misa en el templo, hoy tiene trabajo como nadie, y es el Papa.

Uno de los primeros mensajes del Papa Francisco al pueblo argentino tras su elección fue justamente para la primera Fiesta de San Cayetano a la que no pudo asistir, en 2013. Y este año volvió a querer hacerse presente con una carta remitida recientemente al pueblo argentino, de la que ya dimos cuenta en Aleteia.

Con esa expectativa, y tras la habitual y simbólica apertura del santuario a las 00, comenzaron a ingresar los miles de fieles que anualmente visitan al Santo en su santuario de Liniers. Muchos, cientos, habían estado aguardando durante días en la calle este momento.

Emponchados algunos, con camperas y pañuelos, con niños a hombros, con obispos y seminaristas acompañando como el hoy Obispo de Roma acompañaba, con muchas imágenes pequeñas para portar en manos o más grandes para portar en grupos, aplaudiendo y cantando esperaban ingresar. “Al entrar en esta casa pedimos la gracia de salir cambiados”, predicó Francisco en una homilía de San Cayetano, siendo Arzobispo de Buenos Aires.

“San Cayetano 2016” se iluminó un letrero de golpe segundos antes, con fuegos de artificio incluidos. La marcha de San Lorenzo, ícono de música festiva patriótica, acompañó a la primera en ingresar, como hace décadas, la señora Delia Noris. Abrió el portón el obispo auxiliar de Buenos Aires monseñor Juan Carlos Ares. El titular de la diócesis, cardenal Mario Poli, celebraría a las 11 la Misa central, que otrora presidía el cardenal Bergoglio.

“San Cayetano necesitamos tu abrazo de amor para seguir caminando”, es el lema elegido por el santuario para acoger a los miles de peregrinos que anualmente deambulan entre las dos intenciones, pero nunca dejan de peregrinar: pedir o agradecer. Siempre hay motivos para acercarse a San Cayetano, patrono del pan y del trabajo.

Mamá Antula

Una de las principales impulsoras de la devoción a San Cayetano será beatificada el 27 de agosto de este año. Se trata de la laica consagrada santiagueña Mama Antula, quien encomendó su incansable tarea evangelizadora al patrono, como se le reconoce tradicionalmente a San Cayetano, de la Providencia. Sus hijas espirituales, las Hermanas Hijas del Divino Salvador, siguieron encomendándose a San Cayetano, y llevaron la devoción a su casa en Liniers, donde actualmente se erige el santuario. Ver más en: http://es.aleteia.org/2016/03/06/mama-antula-una-nueva-beata-latinoamericana/

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