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La parálisis no la detuvo; hoy hace acrobacias

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Esteban Pittaro - publicado el 02/08/16
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Mariana Pandolfi se cansó del suelo y quiso volar. No puede caminar, pero sí se anima a la acrobacia aérea

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“Los límites están en la cabeza”, pregona. Y no lo hace por ella. Lo hace para mostrarle (mostrarnos) a todos que sí se puede. Mariana Pandolfi sufrió a los 17 años un accidente de tránsito que la llevó a quedar en estado vegetativo hasta que el Día de la Madre de 1996, casi dos meses después del accidente, comenzó a mostrar señales de conciencia.

En el accidente, Mariana sufrió una severa lesión encefálica que le impide controlar sus movimientos con normalidad. Consciente de su situación, y con el apoyo de su familia, comenzó con el simple movimiento de un párpado un increíble camino de recuperación que ya lleva 20 años, y pudo mostrar en los últimos meses al país entero que, como también insiste, “querer es poder”.

El domingo pasado Mariana participó del programa televisivo Susana Giménez, uno de los más vistos de la Argentina, con un acto de acrobacia aérea. Junto con el profesor Mauro “Pitu” Blázquez, que lleva adelante una escuela de acrobacia en Bahía Blanca, al sur de la provincia de Buenos Aires, se animó a mostrar ante millones la destreza que los bahienses ya conocían, y que en otro programa de TV, Combate, habían confirmado el año pasado.

Sin miedo a las cámaras y a uno de los momentos con mayor encendido de la televisión en la Argentina, acompañada por la canción “Zona de Promesas” de Soda Stereo, y con la ayuda de “Pitu”, Mariana descendió de la silla, giró sobre el piso hasta él que la aguardaba junto al aro, se dejó abrazar y alzar, y juntos subieron al aro que los elevaría por los altos del estudio. La voz de Gustavo Cerati y Mercedes Sosa acompañó la subida para que ambos cuerpos puedan juntos regalar a metros del suelo algunas acrobacias impensadas para una persona con los inconvenientes de movilidad que sufre Mariana.

“Cuando me plantearon la idea de hacer acrobacia, yo pensé que no iba a llegar a nada. Pero descubrí que con mi cuerpo podía hacer cosas que no había pensado”, relata ella en un video distribuido en el canal de Youtube de Pitu. En redes sociales, hace dos años que venían anunciando que llegarían a millones con el mensaje de esperanza de Mariana, pero también de Maxi, Celeste y Milagros, otros alumnos del acróbata.

Antes de animarse a las alturas y confesarle a “Pitu” que “se había cansado del suelo”, Mariana ya era parte del grupo de Danza Inclusiva Pulsiones, creado en la localidad argentina de Bahía Blanca en 2003 e integrado por personas con y sin discapacidades físicas, y son activos animadores de la propuesta cultural de esta ciudad argentina.

“Mariana siempre se encarga de hacer saber qué es lo que quiere hacer, y poner en conocimiento de todos sus deseos, y de poder concretarlos y llevarlos adelante”, reconoce Ruth Ortiz de Rosas, fundadora de Pulsiones, en un video que relata la previa de una presentación de Mariana en el bellísimo Teatro Municipal de Bahía Blanca.

Mariana se propuso vivir y lo logró. Se propuso la danza y lo logró. Se propuso volar y lo logró. Se propuso llegar con su mensaje a millones y con persistencia, esfuerzo, talento, y coraje, lo logró.

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