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Wayward Pines. Temporada 2

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Ana Arévalo - publicado el 25/07/16
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Muchos conflictos pero poco interés

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Cuando aún no había terminado la primera temporada de Wayward Pines, Fox anunció su cancelación. La serie no había ofrecido los picos de audiencia deseados y M. Night Shyamalan, en gran parte responsable de la ficción, se apuntaba otro fracaso, aunque esta vez en televisión. La cadena dio marcha atrás, hizo nuevos cálculos y vio que entre el mercado americano y el internacional, la serie podía funcionar.

Ahora que Wayward Pines iba a seguir había un importante problema que solventar. La primera temporada terminaba con un salto temporal importante y con la mayoría de sus protagonistas muertos.

Así que había que renovar a todo el equipo, incluido a su protagonista y al parecer, buscaban a algún actor anodino como Jason Patric, que siempre ha flirteado con la indiferencia que despierta entre el público.

La primera temporada de Wayward Pines, por muy criticada que haya sido, estaba muy bien, porque sobre todo era muy entretenida. No tenía grandes personajes pero sí una profunda tensión que convertía este idílico pueblo de Idaho en un continuo enigma.

La han comparado con Perdidos pero hay una gran diferencia, los planes eran bien distintos, aquí al menos ya tenían todos muy claro cuál iba a ser el final.

Sin ser la mejor serie de la historia Wayward Pines resultara una ficción que engancha y mucho, y que con cada episodio dejaba al espectador en un constante salto al vacío.

Mantener este ritmo era muy complicado, sobre todo cuando el gran misterio de Wayward Pines queda desvelado.

Ahora, en la segunda temporada, la serie ha perdido todo el suspense y únicamente se ha convertido en folletín de intrigas palaciegas en una sociedad distópica.

No hay ni un ápice de misterio, se lo dejaron todo en la primera temporada y ahora parece que quieren estirar un chicle que no es muy elástico.

Tenemos todos los enfrentamientos que uno se pueda imaginar, pero poco aportan a una historia que capítulo tras capítulo pierde interés al igual que sus personajes, fácilmente olvidables y prescindibles.

No obstante, la serie, que ahora mismo se encuentra en su recta final, todavía podría arrojar alguna sorpresa como parecen indicar sus últimos episodios y volver a atraer la atención a los que seguimos sin pestañear su prometedor comienzo.

Aunque la cuestión de fondo no es cuántas sorpresas puede ofrecer sino cuántos conflictos puede desarrollar. Y de momento, en la segunda temporada de Wayward Pines, hay muchos conflictos pero muy poco interés.

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