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Le fui infiel a mi esposa… con ella misma

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REDAKCJA - publicado el 18/07/16
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Yo estaba en el supermercado buscando algunas cositas y una mujer atrajo mi atención…

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Hace falta un sólo vistazo en la cuenta de Facebook del cómico estadounidense Jason Hewlett, para comprobar cuánto ama a su esposa y a su familia. Sin embargo, un post subido por él mismo sobre el adulterio destacaría aún más este hecho.

Esta es su historia.

“Me siento avergonzado admitiendo el hecho de que hoy, de algún modo, le fui infiel a mi esposa. Lo explicaré de inmediato. Yo estaba en el supermercado en busca de algunas cosillas. Cuando ya hacía cola para pagar en la caja, una mujer llamó mi atención. Pensé: ¡Wow!, me pregunto ¡¿quién es el afortunado que está con ella?! Al cabo de unos segundos me di cuenta de que ¡era mi propia esposa!

Encontrar a mi esposa en la misma cola del supermercado, sin darnos cuenta de que ambos estamos en el mismo lugar es una experiencia interesante.

Entre nosotros, había otra persona que nos separaba en la cola, por eso yo tenía tiempo para observar a mi amada mujer. Incluso le envié dos mensajes de texto. ¿Cómo estás, cariño? ¿Qué estás comprando, preciosa mía?

Yo quería atraer su atención hacia mi persona, pero ella estaba ocupada rebuscando con esperanza de encontrar en la bolsa algún cupón de descuento. Me di por vencido. Aunque podría haberme acercado fácilmente a ella para darle una sorpresa, yo me quedé en mi lugar, pensando en los sentimientos que tenía hacia ella.

Una vez más, me sorprendió su belleza. No siempre la aprecio, pero hoy, sin ser consciente de que era ella, la miré con otros ojos. No podía creer que yo era marido. ¡Hasta me sonrojé! Afortunadamente, gracias a la barba, nadie se dio cuenta de ello.

Me sorprendió que ella no me hubiera visto. Esto tiene un lado bueno y otro malo. El lado bueno es que ella no se fija en los demás hombres, por lo que no se dio cuenta de un barbudo loco que la observaba.

El lado malo es que, este loco podría ser otra persona. Tendré que comprarle sin falta un bote de spray de pimienta. Por si acaso.

Me sentí mal. Entendí lo poco que faltaba para quizás nunca haber ganado su amor. Recordé cuánto esfuerzo me costó llamar su atención y conseguir una cita.

Por un momento, recordé la decepción y el dolor que sentí cuando la vi por primera vez y me dije que era imposible conquistarla. Y sin embargo, ¡lo conseguí! A pesar del miedo y mis imperfecciones.

Al final, me sentí feliz de verla tan independiente, elegante, dulce y maravillosa. Entonces ella recogió sus compras y se fue. No la llamé. La observaba mientras se alejaba, encantado de que fuera mi esposa, de la que yo lo amaba todo en ella.

Mi esposa rara vez entra en Facebook y por eso no encontrará este post y no sabrá que, en cierto modo, hoy le fui infiel. Sin embargo, yo quería compartir esta experiencia con todos vosotros. La experiencia de una mirada fresca.

¿Cuál es la moraleja de esta historia? Deberíamos mirar a las personas que amamos como si las viéramos por primera vez en la vida. Gracias a ello recordamos cuánta felicidad nos proporcionaron.

Una mirada así puede reavivar cualquier relación. Estoy convencido de que si ejercitamos una “mirada diferente”, tendremos muchas historias hermosas que contar”.


Este texto fue publicado en
 la versión portuguesa del portal de Internet Aleteia.

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