Video-mensaje en vísperas de su próximo viaje al primer país cristiano
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
“No permitamos que los recuerdos dolorosos se adueñen de nuestro corazón, no nos cansemos de liberar a la paloma como Noé”, pide el papa Francisco en el video-mensaje transmitido este miércoles por la tarde al pueblo armenio, en ocasión del inminente viaje a Armenia que hará el próximo fin de semana (de viernes a domingo).
Les pido que me acompañen con la oración en mi viaje apostólico a Armenia.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) June 23, 2016
“Su historia y los acontecimientos de su amado pueblo suscitan en mí admiración y dolor”, sostuvo Francisco.
“No permitamos que los recuerdos dolorosos se adueñen de nuestro corazón”, expresó Francisco, que concluirá su viaje apostólico en el monasterio de Khor Virap (cerca de la frontera con Turquía) desde donde liberará dos palomas en dirección del Monte Ararat.
Este gesto es significativo igualmente porque, según la tradición bíblica, allí llegó Noé después del diluvio universal.
Por ello, el Papa exhortó a seguir el ejemplo de Noé, “que después del diluvio no se cansó de mirar hacia el cielo ni de liberar varias veces a la paloma, hasta que una vez volvió a él, llevando una tierna hoja de olivo”.
“Con la ayuda de Dios voy a estar entre ustedes para cumplir, como dice el lema del viaje, una “visita al primer país cristiano”. Voy como peregrino, en este Año Jubilar, para acercarme a la sabiduría antigua de su pueblo y abrevar en las fuentes de su fe, rocosa como sus famosas cruces esculpidas en la piedra”, añadió.
“Voy hacia las místicas alturas de Armenia como su hermano, animado por el deseo de ver sus rostros, de rezar junto con ustedes y de compartir el don de la amistad”.
El Pontífice manifestó su admiración y dolor por los acontecimientos que sufrió el “amado pueblo” armenio.
“Admiración –confirmó- porque han encontrado en la cruz de Jesús y en el propio ingenio la fuerza para volver a levantarse siempre, incluso de sufrimientos que se cuentan entre los más terribles que la humanidad recuerde”.
Por otro lado, manifestó su “dolor por las tragedias que sus padres vivieron en su carne. No permitamos que los recuerdos dolorosos se adueñen de nuestro corazón; ni siquiera frente a los repetidos asaltos del mal, no nos rindamos”.
Y señaló: “Hagamos, más bien, como Noé, que después del diluvio no se cansó de mirar hacia el cielo ni de liberar varias veces a la paloma, hasta que una vez volvió a él, llevando una tierna hoja de olivo: era el signo de que la vida podía volver a empezar y de que la esperanza debía resurgir”.
“Como siervo del Evangelio y mensajero de paz, deseo ir a estar entre ustedes para sostener todo esfuerzo por la vía de la paz y compartir sus pasos por el sendero de la reconciliación, que genera la esperanza”, prosiguió el papa latinoamericano.
El Obispo de Roma recordó al Doctor de la Iglesia Gregorio de Narek, como uno de los santos del pueblo armenio.
En particular, “espero volver a abrazar a mi hermano Karekin y, con él, dar un nuevo impulso a nuestro camino hacia la plena unidad”.
“El año pasado, desde diferentes países, ustedes vinieron a Roma, y en la tumba de san Pedro, rezamos todos juntos”, declaró.
Por último, concluyó Francisco: “Voy a su tierra bendita para reforzar nuestra comunión, para avanzar por la vía de la reconciliación y para dejarnos animar por la esperanza”.