“Autoritarismo y violencia son dos caras de la misma moneda”
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Un enfrentamiento el pasado fin de semana entre manifestantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), un grupo disidente de maestros, y la Policía Federal en la zona de Nochixtlán, Oaxaca (al suroeste de México), dejó como saldo hasta el momento 8 muertos, así como 55 policías heridos, 53 civiles lesionados.
Recuento doloroso
El choque se dio en un tramo de la carretera que va de Huajuapan de León a Oaxaca, en Nochixtlán, donde docentes de la CNTE y simpatizantes de ese grupo mantenían un bloqueo como parte de las protestas por la detención de dos de los principales dirigentes de la Sección 22, acusados de robo de libros y lavado de dinero, entre otros delitos.
La violencia inusual en el enfrentamiento ha hecho reaccionar al gobierno federal y ha motivado marchas de protesta en por lo menos diez estados del país.
Las autoridades federales y estatales confirmaron este lunes que 8 personas murieron, 7 de ellas por arma de fuego.
Sin embargo, dijeron desconocer quiénes son los responsables de los hechos y sólo identificaron a “grupos extraños”, ajenos a la CNTE, de los que no mencionaron ni sus nombres.
“Se ha identificado la presencia de grupos ajenos a la causa magisterial en diversas manifestaciones y en muchos de los actos de vandalismo”, dijo el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, la noche de este lunes 20 de junio en una conferencia de prensa conjunta con autoridades federales.
Dispararon “sin piedad”
En la conferencia –en la que destacaron que ninguno de los muertos es profesor–, el fiscal de Oaxaca, Joaquín Carrillo, informó que una persona murió por manipular un artefacto explosivo, de acuerdo con las necropsias practicadas por las autoridades.
Por su parte, los maestros de la Sección 22 de la Coordinadora, a quienes se les han unido otros grupos disidentes al régimen que encabeza Enrique Peña Nieto, acusaron a la Policía Federal de “disparar sin piedad” en contra de los manifestantes que tenían bloqueada la carretera, y sostuvieron que mantendrán ese bloqueo por tiempo indefinido, poniendo en jaque a la región.
Cabe mencionar que de las 23 personas detenidas por los disturbios, solamente 4 de ellas son maestros, los demás pertenecen a otras organizaciones, según lo ha dicho el gobierno estatal.
Por su parte, los manifestantes mantienen retenidos en Nochixtlán al menos a 3 policías federales y hay cerca de 100 agentes lesionados.
La única salida es el diálogo
Por su parte, el obispo de Tehuantepec, Óscar Campos, así como los sacerdotes de la diócesis de Tehuantepec, lugar donde sucedieron los hechos, afirmaron, en un comunicado, que la actual tensión social “no puede verse como un problema pasajero o aislado, pues tiene como caldo de cultivo los rencores alimentados por las carencias y las frustraciones sociales que han padecido estos pueblos”.
“Ante esta situación, en primer lugar, queremos decir que nuestra palabra sólo puede estar movida por el interés de reconstruir el tejido social dañado ya, desde hace bastante tiempo, por la violencia, la injusticia, la pobreza, la ignorancia, el crimen, la corrupción”, dijeron en el comunicado los sacerdotes y el obispo de Tehuantepec.
Más adelante señalaron que todas las personas de buena voluntad y en particular los cristianos “estamos llamados a participar en la búsqueda de soluciones, para que se superen los conflictos que nos impiden vivir en paz y trabajar en el mejoramiento personal, familiar y social”.
Para lograr esto, apuntaron en su comunicado, “es necesario tender puentes de diálogo, pues lo que se consigue con autoritarismo o violencia sólo puede alimentar respuestas de la misma naturaleza. Autoritarismo y violencia son dos caras de la misma moneda”.