Un thriller ambientado en los setenta que es un perfecto ejemplo de película de acción de los ochenta escrita y dirigida por uno de sus más ilustres representantes, Shane Black
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En Dos buenos tipos, Russell Crowe y Ryan Goslin interpretan a dos investigadores de poca monta en Los Angeles de finales de los 70. Son maleducados y malhablados, no tienen un mínimo sentido de la moral y su ética gira en torno únicamente al dinero. Mal afeitados y peor vestidos, Jackson Healy (Crowe) y Holland March (Goslin) deberán investigar una intricada trama de asesinato, extorsión y sexo en medio de la industria del cine para adultos de la época.
Healy y March no son dos buenos hombres sin embargo sí son dos buenos tipos porque en un mundo de perversión, depravación, robos, asesinatos y contaminación medioambiental, ellos son lo más virtuoso del conjunto. En realidad, en la película de Shane Bkack hay un discurso ciertamente pesimista sobre el ser humano. No hay mucho que conservar del hombre al menos, en determinados entornos.
Shane Black es algo así como el Raymon Chandler del cine negro contemporáneo aunque con palabrotas, más violencia, multitud de referencias sexuales y mucho sarcasmo. Sus películas beben de los clásicos del género con mujeres fatales e investigadores muy poco honestos que por lo general tienen un problema con el alcohol.
Black, a lo largo de su carrera como guionista y como director no ha hecho más que incidir en esta mecánica del relato policiaco incluso cuando ha filmado Iron Man 3, en el fondo, otra película de detectives aunque con armaduras que vuelan.
Pero si a Black le gusta algo del género es lo que los americanos llaman una body movie, las películas de colegas en las que dos personajes de personalidades opuestas deben trabajar juntos. El subgénero, que prácticamente lo inventó él, lo ha ido trabajando desde la saga Arma letal hasta la cinta que nos ocupa pasando por El último Boy Scout, El último gran héroe, Memoria letal y Kiss Kiss, Bang Bang, su primera película como director.
En este sentido Dos buenos tipos es un perfecto ejemplo de cine anacrónico, una película rodada en 2016, situada en los 70 que está filmada como si fuera una cinta de acción de los 80. La acción es más física que tecnológica y la trama consiste en seguir a dos personajes muy poco honorables a través de un sinuoso pasadizo de sexo y delicnuencia en busca de algo de justicia.
Lo decíamos al principio, Healy y March no son dos buenos hombres pero sí que son lo más parecido a dos buenos tipos.